De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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Buscando el #Mejor Cocido de Madrid (2ª parte)

Esto de buscar cocidos tiene su complejidad, es uno de esos mundos donde el universo se divide en dos: los cocidos en menú del día y los menús de cocidos. En los primeros la broma ronda los 10 euros (excepto en el Por fin que está en 7) y en los menús de cocido (como en la Taberna de Daniela) donde es difícil que el plato, sólo el plato, baje de 25 euros. Confieso que esa diferencia me duele, es verdad que la materia prima es mejor, que el servicio será más remilgado, que hay más cabezas de toros en las paredes… pero, me cuesta.

Hoy hacemos una entrada conjunta y hablamos de dos sitios de cocido madrileño clásicos: Los Galayos y la Gran Tasca.

Los Galayos está en un lateral de la Plaza Mayor, probablemente, si no fuera porque está dentro de La Ruta del Cocido ( que acabó el 31 de marzo) nunca hubiéramos llegado a él. Ya sabéis lo que pasa con estas ubicaciones tan céntricas, muchas veces no se sabe si suman o restan…

El local es inmenso, con un toque clásico pero sin ser demasiado rancio. Tienen una terraza cubierta con una lona, una barra generosa y un par de salones aún más grandes. Hacerte con la cara de los camareros roza lo imposible, son un montón y están tan bien coordinados que uno se lleva el plato, medio minuto después tienes uno limpio sobre el mantel y no sabes si ha sido el mismo u otro.

El cocido estaba rico, pero era escaso… y que un cocido sea escaso es un pecado mortal,cuando uno va a comer este plato, inevitablemente, se ve poseído por el espíritu de Obelix… La sopa viene servida en un cuenco, está muy rica, pero echas de menos la sopera en el centro, la carne y los garbanzos los sirven en una olla de barro, perfecta para mantener el calor y subir la expectación… el fiasco viene cuando la abres y ves que hay un minitrocito de cada cosa para cada uno. Esto de que el chorizo tenga el grosor de un dedo me mata.

El servicio, las aceitunas y las guindillas, el orujo con albaricoques del final y la buenísima pinta que tenía el menú especial de cochinillo (30€) de la mesa de al lado les vale una lima, el cocido se lleva un limón.

Los Galayos

La Gran Tasca es otro de los clásicos, está muy cerquita de Cuatro Caminos y es un local rancio a más no poder. Las paredes están llenas de cabezas de toro, banderillas, y fotos de famosos firmadas entre los que destaca Alfredo Landa. Eso sí, permiten sobremesas tranquilas hasta las 6 de la tarde, lo cual es un punto. El Cocido (25€) es infinitamente mejor que el de los Galayos, de hecho, si no fuera porque vino frío y los fideos de la sopa estaban blandurrios sería realmente espectacular.

Cuando el camarero trajo la bandeja del cocido (75 cm de largo para tres personas) lo definió a la perfección, «aquí lo único que hay pequeño soy yo, hasta cuando traemos el chupito dejamos la botella.» Esta gente sí que ha entendido bien el Momento Obelix.

El plato trae de todo, costilla, morcilla, morcilla de cebolla, un buen trozo de chorizo, jarrete, gallina… Buena dosis de garbanzos, patatas buenas y zanahoria en su punto… ya os digo que la única pena es que venía templado y al segundo trozo, el tema estaba más frío de lo que nos gustaría. Un cocido de dos limas y una siesta que se queda en lima y media. Irremediablemente… habrá que seguir buscando.

La Gran Tasca

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LA TABERNA DE DANIELA… en busca del mejor cocido de Madrid I

El invierno tiene una herramienta culinaria por excelencia: la cuchara. En esta liga compiten los potajes de cualquier variedad de legumbre, los guisotes contundentes, las sopas de verdad (que no el simple agua de haber cocido algo bautizada con unos cuantos fideos y una pastilla de caldo Starlux) y, por supuesto, los cocidos.

Del cocido hay casi tantas versiones como del gazpacho, todas por regiones y cada una con su fiel escudero… confieso que en estos temas soy una mercenaria apátrida, a todos les reconozco sus virtudes, del gallego al montañés pasando por un buen cocido madrileño. Es más, es uno de esos pocos platos que, como en los bares hacen cantidades industriales, incluso están más ricos fuera de casa que en casa.

Así que continuando con nuestra búsqueda de la excelencia limonera abrimos nueva categoría: #MCM, buscamos el Mejor Cocido de Madrid. Visitamos clásicos, bares de postín y cutre bares, cocido de menú y menú de cocido. Hoy inauguramos la sección con una visita a la Taberna de Daniela.

La Taberna de Daniela es uno de esos lugares con éxito, con tanto éxito que tienen cuatro sucursales, una en Cuchilleros (lo que viene a ser Latina), otra en Medinaceli (sí, enfrente de ese lugar tan sacrosanto donde las colas pueden llegar a batir el record de la Manolita en pleno diciembre), otra en Goya y la última cerquita del Santiago Bernabeu. Pese a que por falta de opciones parece no ser… conseguir una mesa en fin de semana es tarea complicada.

Cuando por fin la conseguimos resulta que hay turnos, puedes elegir comer a las 14 (toc, toc, señores que esto es España), a las 15:30 (antes de un cocido tomar el aperitivo no es buena idea…) e incluso si les apuras a las 16:30 ( cocido de merienda, una nueva versión). Nos lo pusieron fácil, sólo les quedaba mesa a las 14 en el restaurante de Medinaceli.

El local se les queda muy pequeño y mira que lo tienen aprovechado. Eso hace que las mesas estén extremadamente juntas, que si te descuidas puedas robarle el chorizo al vecino de enfrente y, sobre todo, que los camareros se tropiecen contigo cada vez que pasan. Para colmo las mesas son mínimas, y señores, el cocido servido en bandejas ocupa.

El cocido en sí es rico, por los 25€ (sin bebida ni na de ná) que cuesta ya puede estarlo. La sopa te la sirven en sopera para que te despaches a placer y se ofrecen a traerte más de lo que quieras. Aunque en la web dicen que lo sirven en tres vuelcos, sota, caballo, rey, el caballo (repollo, garbanzos, patata, zanahoria y bola) viene junto al rey (lo que en Andalucía llamarían la «pringá»).

La sopa está rica, tiene un punto saladito, los fideos están en su punto y el punto grasosillo existe pero no es excesivo. El repollo con los garbanzos y todo eso está bien, lo sirven con un par de salsas de tomate (con comino y con ajo y perejil) que recuerdan al salmorejo… cuando se lo echas por encima está rico, pero para mí deja de ser cocido así que mejor usar la salsa para remojar el pan y dejar los garbanzos solos. Y la pringá, bien, morcillo de ternera, choricillo, tocinito, pollo y tuétano. Nada delicioso pero tampoco nada que objetar.

Problema, tienen tanta prisa en sacarte de delante que no has terminado el plato de sopa y ya te lo han quitado, aunque tengas la cuchara en la mano, y te han puesto delante el segundo y el tercer vuelco… sí, te ofrecen más, pero no te dan tiempo apenas a terminarte lo que tienes en el plato y, lo siento mucho, pero por mucho que se empeñen el cocido no es fast food.

Los postres tienen buena pinta, el tatín de manzana con nata líquida está muy rico, pero tomarlo es una prueba para los más fuertes. Comer cocido en hora y cuarto con postre y café incluído roza un record que sólo esos concursos de americanos redondos pueden superar y así, el cocido no sienta bien. Eso sí, en su sincronización perfecta les da tiempo, incluso, para venderte lotería.

Una experiencia de lo más completa. Conclusión, el cocido bien, el agobio excesivamente mal y el precio bastante por las nubes. Ese local debe de ser una mina de oro cuando consiguen sacarle tres servicios a una mesa en un mismo mediodía. Vamos… que una lima obvia al cocido y un limón y medio a todo lo demás. El Mejor Cocido de Madrid sigue buscando dueño.

http://www.tabernadeladaniela.com/