De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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CAFETERÍA HD… Hamburguesas con sonido sesentero (Madrid)

En 1962 en la Calle Guzman el Bueno, justo enfrente de donde hoy está el Tierra de Burritos, se abrió una cafetería. De aquellas era normalita, tenía sus mesas de formica, sus sillas de cocina, su barra con espejos tintados… Y pasó el tiempo y los dueños tuvieron paciencia (No olvidemos que todo lo vintage pasa una época donde está horrorosamente anticuado) pero gracias a eso hoy tenemos un Diner a la española perfectamente conservado donde por no cambiar, no ha cambiado ni la música.

La música es, muy probablemente, lo que más me gusta del local. Una hamburguesa sabe mejor cuando suena Downtown de Petula Clark, o los Beach Boys, o Tom Jones… mover la cabeza mientras masticas, mola. Así que como la música es una fantástica compañía un punto positivo del HD es que es un lugar perfecto para comer sólo. Su plato estrella son las hamburguesas, tienen menú pero… comer menú en el HD, da penita.

El encargado del local es un fenómeno, además de una de esas personas competentes a las que les dices que tienes prisa, se lo toman en serio y cumplen con su palabra. Elegir hamburguesa no es cosa fácil, hay muchas con buena pinta, tardamos «tanto» que el encargado acabó diciéndonos que no hacía falta que nos aprendiéramos la carta de memoria, que tenía trabajadores que no se la sabían. Siempre se puede considerar una oportunidad de empleo 😉

Optamos por una ración de patatas fritas en aceite de oliva, que venían en un cartucho de papel, peladas pero poco, naturales y ricas(2,50€) una Eggburguer (8,80€) y una Grandburguer. Las hamburguesas son de dos tipos, normales, con su carne de buey, lechuga, tomate, cebolla y mahonesa más adiciones y las «world»  con guacamole, foie, pesto… Las world valen más (unos 10€) pero es cierto que tienen patatas incluídas con lo cual, la cuenta va a salir más o menos igual (carilla).

Estos chicos presumen de pan, cuentan que es artesanal y lo hacen con cerveza negra, nos lo creemos y la verdad es que está rico, aunque si hay que ponerle pegas, quizá sería que es un poco dulzón. Por la carne te preguntan como la quieres… y hasta cumplen!

La verdad es que están muy ricas, la cebolla crujiente mola y el cheddar crujiente (que viene a ser una loncha de queso que han dejado que se funda y refunda en el horno) es un inventazo. Embadurnar la hamburguesa en salsurrias es una pena y eso siempre es buena señal.

El problema es que una cocacola, más media de patatas, más la hamburguesa superó los 13€ y qué queréis que os diga… no deja de ser un bocadillo con 150 gramos de carne. Así que se llevan lima y media por el producto y medio limón por el precio.

Pd. si es la hora de merendar no os perdáis las tortitas, son buenísimas y sólo por 1,90€.

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LA LLAMA… el rey de los desayunos contundentes (Madrid)

Dicen los sabios que hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo… Los limones somos seres bien mandados.. así que les hemos hecho caso, y hemos creado una nueva sección: desayunos de categoría.

El sitio al que hoy os llevamos sirve para todo, podéis desayunar, tomar el aperitivo, comer de menú… sólo tiene un requisito, vayas a lo que vayas, vete con hambre, esta gente no entiende de raciones pequeñas. Hablamos de La Llama, con la excusa de que pilla cerca de mi trabajo, al menos una vez a la semana, nos dejamos caer por ahí a la hora del desayuno y está asumido que ese día ya no se come más hasta la noche.

El lugar es un clásico, viejuno, con espejos revenidos, siempre abarrotado y con el suelo lleno de servilletas. Es un sitio al que se va por la comida y todo lo demás no importa. El dueño habita detrás de la barra y su mujer es quien atiende las mesas. Es un terremoto, vive con un stress que parece que no va a llegar hasta el año que viene, pero llega.  Al final os acabáis encariñando con ella, os lo digo yo!

Lacón con patatas y pimientos

La comida es exagerada, su especialidad es el cerdo en todas sus versiones… aunque nunca olvidaré el primer día que me llevaron allí mis compañeros y pidieron una ración (gigante) de sepia a la plancha con alioli… sí, para desayunar. Buenísima, pero no pude probar bocado hasta el día siguiente.  Los miércoles es el día grande de la casa, hacen lacón, lacones más bien, les sale extraordinariamente bien, jugoso, en su punto de sal. Una ración con patatas y pimientos para tres  e, incluso, para cuatro sale a euro y poco por cabeza.

Tienen raciones de mil cosas más, salchichas frescas, la famosa sepia… pero su punto fuerte son los bocatas: hay tres tamaños, la pulga (Que sería un bocadillo normal en cualquier otro sitio), el montado que, aproximadamente es media barra y el bocadillo cuyas medidas se escapan de mis entendederas. Muy rellenos no.. lo siguiente. Las fotos dan cuenta del recado. Cada pulga, 1,50€.

La Llama lo ha resistido todo, ha sabido cautivar a estudiantes, abuelas… personas con traje y con mono de trabajo. Todos los días está lleno y, aunque el café no os lo recomiendo y tanto stress no hace que den el mejor servicio del mundo, los desayunos que sirven se merece una lima y media.

LA LLAMA: Reina Victoria 37, Madrid


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TIERRA… de burritos (Madrid)

Aunque nos encantaría poner tierra de por medio y pegar un salto al otro lado del charco hoy nos conformamos con comer unos buenos burritos en tierras madrileñas, lo cual, dicho sea de paso, tampoco está falto de mérito.

Con los burritos la polémica está servida, según la sherpa que nos enseñó el local (estadounidense ella) la comida era californiana… según nuestra mexicana de referencia, los burritos californianos no existen..  por aquello de llegar a un punto de encuentro diremos que se trata de comida Tex-Mex o en traducción a pijolenguaje «fusión». Sea lo que fuere y sin entrar en disputas partidistas, lo cierto es que los burritos están de fábula, no están nada mal de precio y se merecen un hueco en nuestra agenda limonera.

El Tierra está en Guzman el Bueno, es un local super chiquitillo con un aire sureño y ecológico donde se comenta que alguna vez se vio un cliente que hablaba español. Pero no os engañéis.. no son turistas, son expatriados (parece que todavía conservamos alguno :P) lo que hace que el sitio incluso gane más puntos y la experiencia sea más enriquecedora.

Elegir la comida lleva su proceso, sobre todo, cuando no te lo explican y los que llevas delante son todos unos profesionales.. pero también tiene su gracia. Es un formato americano de mostradores, salvo el guacamole y alguno más todo lo que le eches está incluído… tú eliges entre: Burritos, Nachos, Tacos o Desnudos (lo que viene a ser en plato) y te quedas en la primera etapa… la CONTUNDENTE. En la etapa contundente puedes elegir entre carnitas (Que están bueníiiiisimas), pollo, barbacoa, steak (leído esteic que no estic que suena a palito, rabito… colita y no creo que sea lo que queramos comer), después le añades frijoles, arroz y alguna verdura.

Pasamos a la segunda etapa.. el aderezo: Pico de Gallo, Sour Cream, Queso, Maíz, Lechuga, Salsa Jalapeño, Salsa Chili, Salsa Tierra, Salsa 666 o Salsa de Queso. Las salsas van de más picantes a menos.. no os cortéis y preguntad. y otro consejo, dadle duro a la crema agria, le queda de fábula.

Te lo enrollan todo con un montón de arte en papel albal, lo meten en una cestita y listo para que te embadurnes. Recuerda no ir a comer a este sitio si luego tienes una cita importante… no tiene por qué pasar nada, pero es mejor no arriesgarse, nuestra sociedad el momento lamparón todavía no lo tiene interiorizado.

El burrito es super sabroso y llena, cuesta 5,95€ y con uno te da para comer más que de sobra… si vais tres y os sentís fuertes podéis compartir unos nachos que tenían una pinta francamente buena. Y siguiendo con el formato americano, la bebida es Free Refill, vaya que puedes rellenarla tantas veces como quieras, eso sí, salvo que vayas con mucha sed es un poco cara, 2,50€.

En fin, que ya tenéis una excusa menos para acabar en el McDonnalds… comida sana, rica, económica, contundente, diferente y donde además, tienes la sensación de estar en otro país. En resumen, un lugar de una generosa lima.


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NON SOLO CAFFE…un italiano de primera (Madrid)

Hace un tiempecillo hablábamos de Il Pastaio y la particular pequeña Italia que se esconde en Chamberí… hoy volvemos subiendo un poco el nivel (y también el precio) y nos metemos de lleno en el Nonsolocaffe.

He estado dos veces en este sitio, una cenando y otra probando su menú del día y no me arrepiento de ninguna de las dos… las   (o lo que viene siendo comer a la carta) rondan los 30 euros por persona y el menú se acerca a los 15€. Lo que decimos siempre, no, no es para todos los días, pero de vez en cuando hay que quererse un poco y este es un sitio que realmente vale la pena.

El sitio está muy chulo, sin ser inmenso se adapta a todos los ambientes que quieras, hay terraza, mesas altas y mesas bajas, ellos lo definen como: Il lounge-bar, Il corridoio, Il salottino y la Terrazza. No sólo es un restaurante, organizan eventos, «after works«, tienen mil promociones y todo suficientemente bien gestionado como para no dar la impresión de que es un mercadillo.

Suelen tener especialidades fuera de carta y y el día que cenamos me hicieron feliz.. tenían Burrata, (una delicia escasa porque sólo se conserva durante un par de días). y aquí va un consejo… si alguna vez tenéis oportunidad de probarla, por favor, no digáis que no, os garantizo que no hay nada comparable. Yo la probé por primera vez en Casa Marco y no miento si digo que me tiré tres semanas pensando en ella.

Además probamos los tagliatelle mar e monti, con gamberoni, porcini e funghi di bosco,  que estaban increíblemente buenos y los Ravioli di Capesante e Gamberi saltati in padella e scalogno «bisque» con gamberoni flambé al brandy riserva. (14,90€) que eran para desmayarse aunque el hecho de que fueran cuatro (en sentido literal) le restaba puntos al plato. Los nombres de los platos, como os habréis dado cuenta, tienen todos algo en común, son sencillos, cortos y fáciles de recordar… Maremía.

En el menú comimos de primero Zuchinni alla parmigiana, una especie de lasaña de calabacín, tomate y mozzarela delicioso, y de segundo unos gnocchetti cuatro fromagio y unos tagliatelle con gambas vino y rúcula, el título de 4 quesos me espanta bastante pero he de confesar que eran los mejores cuatro quesos que he probado en mi vida, supongo que hasta el ketchup se puede hacer bueno. Los tagliatelle estaban de carta.

Los postres están buenos… el tiramisú es rico, la macedonia de frutas naturales está bien y la panna cotta es defendible. Pero lo mejor que tienen, como buenos italianos, es el café. Quizá por eso a media mañana medio Nuevos Ministerios asoma la cabeza por allí.

Resumiendo, un dos limas de libro. Buen sitio, muy buen ambiente, comida deliciosa (aunque algún plato algo escaso), camareros encantadores que te explican la región de Italia a la que pertenece el plato que has pedido y platos que se salen del clásico italiano. Un italiano de primera al que volver.

NON SOLO CAFFE: Rios Rosas, 52 Madrid

http://www.nonsolocaffe.es/index.htm


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IL PASTAIO…Un italiano de menú en Chamberí (Madrid)

Estamos viviendo en directo la «invasión de las franquicias». Seguro que hay estadísticas espeluznantes, que desconozco, pero dirán.. Cada hora se cierra en España un bar de toda la vida y se abre un SuperFriedPollo.

Esto, es especialmente grave en Madrid y, más aún, en el gremio de los italianos donde los Ginos y Diboccas nacen como setas. Sin embargo, hay una pequeña zona de Madrid que resiste, algo así como la «little italy» madrileña, la zona por la que se mueven los que trabajan en el Consulado Italiano o los que llevan a sus hijos a la Scuola Statale Italiana di Madrid.

Ahí es donde se encuentra nuestra víctima del día, Il Pastaio del Vecchio Mulino, para los amigos, Il Pastaio, un viejo conocido de los trabajadores de la zona de Nuevos Ministerios.

 

Tienen una carta a precios muy razonables y un menú diario de 10,90€. Además del restaurante de Ríos Rosas, los dueños tienen dos tiendas donde venden su propia pasta fresca (una auténtica perdición a una media de 11 euros el kilo).

El lugar es sencillo y, aunque tienen muchas mesas, es mejor reservar si no quieres quedarte sin comer. Los camareros son italianos, correctos… Pero se bloquean un poco cuando les preguntas qué te recomiendan, probablemente, porque siempre están a tope.

El menú es suficiente, suele haber una ensalada de primero y pastas variadas de segundo. En este caso había: insalata tre fromaggi con queso de Burgos, Gouda, Pecorino y un aliño dulzón, y un Crocchette de patata que no pedimos aunque tenía buena pinta.

De segundo un Duetto al forno (una combinación de dos trozos de lasaña con muy buen aspecto) unos Linguine dello chef, con nata, puerro y pavo muy sabrosos, con una pasta exquisita y al dente, pero con ese toque de la pechuga de pavo que me recordaba a esos arroces a la nevera del día en que no hay nada más que echarle. Por último, yo pedí unos Tortiglioni a la Trapanese, una receta sencilla con tomate natural en trocitos, pimiento, ajo y perejil, dentro de un mes con los tomates de temporada estará de escándalo, pero hoy le faltaba un poco de sabor y una cucharada más de macarrones, se quedaron un poco cortos.

De postre había profiteroles con chocolate o pera escondida en nata. Digo lo de escondida porque hasta que despejé aquella copa fue difícil clavarle el tenedor a la pobre fruta en almíbar.

Como italiano de menú es uno de los mejores, su pasta es excelente y el precio es muy razonable por eso se llevan lima y media, sin embargo, se suelen quedar un poco cortos en las raciones del menú y los primeros suelen ser bastante flojos y eso les cuesta medio limón, recomendable en todo caso.


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Makandé. Triana en Chamberí (Madrid)

Macandé fue un cantaor flamenco gaditano, que vivió entre los siglos XIX y XX del cual cuentan que era un loco vendedor ambulante que iba pregonando canciones por las calles de la ciudad. El gusto por el nombre elegido, deja clara la intención de esta Taberna andaluza en pleno barrio de Chamberí. El local, cuya esencia se repite en el resto de tabernas que tienen por Madrid los Morancos luce renovada ya desde el exterior, siendo burladeros taurinos la decoración, lo que marca la imagen de lo que se encuentra uno dentro.

La carta es perfecta para tomar unas tapitas por la noche, desde embutidos ibéricos, pasando por marisco cocido (gambas de Huelva excelentes) y frituras de pescado entre otras. Auténtico material andaluz, sin apenas preparación, para que se disfrute de lo que comes. Como es la cocina de la costa gaditana y onubense que tan bien supieron adoptar en los bares de Triana por la cercanía.

El local es trianero por la bulla, entre el jaleo de la gente, los sones flamencos, los camareros cantando los pedidos, se forma un ambiente propio que hace olvidar por momentos que estás en Madrid. Quizás la única pega que tiene es que al ser tan nueva la decoración, aún no tiene la solera que debería tener para ser reconocido como autentico. Puede parecer una contradicción que los suelos del bar estén limpios y resbalen, pero en mi memoria de los tablaos de Triana, siempre me viene aquel del principio de la Calle Betis, donde los pies se quedan pegados y así la gente puede bailar sevillanas sin problemas de resbalarse hasta altas horas de la madrugada, hasta que se apagan de nuevo las luces del Puente.

Nos cuentan que entre jueves y sábado, estas juergas flamencas pueden imitarse, pues hay actuación en directo de varios grupos en el piso de abajo, que tiene un pequeño escenario. Habrá que volver para comprobar que verdaderamente al salir uno ve el Guadalquivir discurriendo de Canal a Quevedo, discurriendo por Bravo Murillo.

Con respecto a lo que comimos, nos centramos en pedir fritos: una ración de puntillitas (que la sirven en su papelón típico) y otra de ortiguillas. Para los que no conozcan las ortiguillas, decir que es un invertebrado, similar a una medusa, que se adhiere a las piedras, que transforma su fina textura melosa en crujiente al harinarlas y freírlas, quedando en el interior un núcleo gelatinoso, del sabor más marinero posible. Es sorprendente encontrarlas en Madrid, incluso en Andalucía fuera de las fronteras de Cádiz, siendo Sanlúcar por su hábitat de la desembocadura de río y rodeado de corrales de piedra el mejor lugar para probarlas.

Si tienes ganas de un poco del cachondeo sevillano más sano, te gusta cenar mientras picas algo y hablas o escuchas música, Makandé te dejara un buen gusto por la experiencia meramente andaluza que supone pasar allí un rato. Aunque no tiene errores alguno por la comida o el trato “las dos limas y un olé” que le doy de calificación, se empeoran en medio limón, por un detalle, que quizás a otros no moleste, pero a mí sí me impidió disfrutar de mi compañía y de la música, estaban poniendo un partido de fútbol mientras, lo que hizo que la jarana se tornara en otro tipo de ambiente, mucho peor el que había cuando llegamos. Si queremos flamenco, cultura y gastronomía, hay que seleccionar hasta el último detalle. Con respecto al precio, pagamos 24,5€ por cuatro bebidas y las dos raciones de mucha más calidad que cantidad.

Página Facebook de Makande

Calle Garcia de Paredes, 2, semiesquina Bravo Murillo, Madrid,