De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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MAD CAFE… posiblemente, las mejores hamburguesas de Madrid.

Hoy en De Lima a Limón seguimos con el boom hamburguesero y nos vamos hasta la cañera zona de La Latina a probar unas de las hamburguesas con más fama de Madrid y parte del extrarradio, las del Mad Café.

El Mad Café, que tiene un hermano gemelo en Alonso Martínez (el Mad Grill),  es un local estilo americano años 30 escondido en la Cava Alta, muy cerquita del Mercado de la Cebada. La decoración es sencilluca, tiene un punto fabril que recuerda bastante a la Pepita, sólo que con 600 kilómetros de distancia, dos plantas en formato loft y un montón de mesas pequeñitas y bastante cerca unas de otras.

Junto con las hamburguesas (más de 10 modelos distintos), la variedad de bebidas es uno de los puntos fuertes de este local, tienen un montón de cervezas artesanales que harían muy feliz a nuestro limonero Tomás, además de un arsenal de bebidas «chuminada» puramente americanas tipo Cherry Coke o Dr. Peppers, incluida la Coca-Cola con helado tan propia de un cumple infantil.

Nosotros nos dejamos guiar por las recomendaciones de la casa y empezamos con los aros de cebolla. No, no son esos aros clásicos con caparazón, más bien son una especie de tempura de cebolla roja con salsa barbacoa al centro. Buenísimos! Perfectos para rechupetear los dedos mientras acabas con las miguitas del plato. La ración es abundante, mejor para tres que para dos.

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En cuestión de hamburguesas, unos fuimos tradicionales y nos decantamos por la california y la BBQ, algo deben de tener para que leas el foro que leas todo el mundo haya picado. Y la verdad es que no defraudan, son 250 gramos de hamburguesa de cebón (se puede pedir opción doble de carne por 4,50 € de extra), picada en la casa hecha a la parrilla (con sabor a parrilla) y, a ser posible crudita, la primera con guacamole y la segunda… pues con salsa barbacoa.

Otros experimentaron con la Special BBQ Chiquen Burguer, que resultó ser muy parecida a la vacuna pero con una jugosa (sí, sí, jugosa) pechuga de pollo, y con la Homemade Fálafel Burguer, hecha con fálafel casero y acompañada de una salsa de yogurt muy rica. Opción para vegetarianos (y no vegetarianos) que demuestra que no es necesario compactar cien ingredientes distintos para conseguir una hamburguesa sin carne que esté buena.

El pan de las hamburguesas es de brioche… más que correcto. Todas van acompañadas de cebolla caramelizada y patatas de las de verdad, irregulares y con su piel (como debe de ser). Lo único negativo es que mis patatas no estaban del todo bien hechas  y que la lechuga que acompaña es iceberg. Muerte a la lechuga iceberg!

Llegó el momento goloso, éramos cuatro y había cuatro postres en la carta. Está claro… uno de cada. El «apple crisp«, una especie de compota de manzana con una capa crujiente de avena y canela y una bola de helado de vainilla. Enorme, perfecto para compartir y suuuper rico. Los muy chocolateros amarán el “Brownie à la Mode” con su doble de chocolate, mientras que los seguidores de la secta de la tarta de queso encontrarán en la “New York Style Cheese Cake” un nuevo profeta al que seguir. Por último un clásico de la cocina americana, el “Carrot Cake” no por muy visto, menos rico .

El personal es muy  majo, se les nota a la vista que lo suyo con la carne es una historia de amor (si te sientas cerca de la barra verás por la ventana que da a la cocina cómo cuidan de manera especial cada hamburguesa). Las hamburguesas muy buenas y la cuenta sale a unos 15€ por cabeza, compartiendo postre y 18 en modo egoistón, razonable. Eso les da dos limas y el premio a las mejores hamburguesas de Madrid (por el momento).

http://www.themadcafe.es/Site/Mad_Restaurants.html

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DON LAY… Un chino, chino en el Paseo de Extremadura. (Madrid)

El mundo de los restaurantes chinos es un universo a explorar. Referentes limoneros como El Comidista  han hablado de la diferencia entre los chinos y los chinos chinos (la versión auténtica donde se comen cosas que va más allá del rollito de primavera y muchos de los comensales tienen los ojos rasgados y no comparten suegra con el de la cocina). Hoy limoneamos un chino chino de los más famosos de Madrid, el Don Lay.

Don Lay está al otro lado del Río, suena lejos pero está a menos de 15 minutos paseando de Príncipe Pío y en una de esas escasas zonas de resistencia de Madrid donde el aparcamiento todavía es libre y a la hora de la sobremesa no tienes que preocuparte por salir a alimentar el parquímetro.

Es un local inmenso, cuentan que unos 1.000 m2, sobrio (sin leones dorados en la puerta), con un ligero olor a rancio y sembrado de mesas de todos los tamaños, entre ellas redondas giratorias, ya sabéis, el sueño de los grupos de gente que nos gusta picotear de todos los platos. Los manteles son de tela y las inmensas servilletas también… un derroche de elegancia sólo a la altura de su autodefinición como Alta Cocina Cantonesa. Cuentan que es uno de los restaurantes chinos favoritos del Estrellado David Muñoz, es más, alguna vez celebraron aquí su cena de navidad, así que algo tendrá el agua cuando la bendicen.

A la hora de la comida tienen buffet libre por unos 11 euros. En De Lima a Limón nos somos muy «flanes» de los buffets libres… pero hay que reconocer que parece una opción interesante. Nosotros fuimos a la hora de cenar y aunque el menú degustación de 20€ por cabeza nos parecía muy buena opción porque pruebas casi todos los platos, optamos por la opción responsable y por evitar las pesadillas en forma de din sum mutante y elegimos un par de platos de la carta para probar sin atiborrarnos.

Los dumplings de este sitio tienen fama, por ser caseros y por estar bien rellenos, así que pedimos unas empanadillas de carne vaporizadas y a la plancha que se les habían agotado, como sustituto optamos por las de gamba sin planchar (4,80€). Venían en su cestita de bambú, humeantes sobre una plancha de papel albal algo prescindible. Estaban deliciosas y efectivamente, super rellenas. Eso sí, la salsa de soja para mojarlas hubo que pedírsela.

El Fideo de arroz frito con curry (8€) tampoco se quedaba atrás, estaban duritos y bastante acompañados, gambones, setas, tortilla, trozos de panceta carbonizada… la ración era abundante. Y por último unas costillas asadas con salsa de ajo agripicante que fueron un poco decepción, eran fritas y grasosas y la salsa era, realmente, un adobo. Si nos hubieran vendido zorza china hubieran clavado la descripción.

De postre pedimos una leche de coco con tapioca que resultó ser una especie de sopa fría clarita con bolitas blancas gomosas. Suave y fresquita, perfecta para desengrasar las costillas.

La cena para dos más que suficiente, con un agua con gas la cuenta subió a 15€ por persona. Aunque más que para ir en pareja es un sitio ideal para ir en grupo, coger una de esas mesas redondas y probar absolutamente todo lo probable. En ese caso, se convertiría en un dos limas.

DON LAY: Paseo de Extremadura, 30. Madrid.


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LA TAQUERÍA DEL ALAMILLO…en busca del #MMM (Madrid)

En de Lima a Limón seguimos con la búsqueda del #MMM (mejor mexicano de Madrid) por eso y porque en realidad nos molan un montón, nos vamos hasta La Taquería del Alamillo en pleno corazón del madrileño barrio de la Latina. Había estado en la taquería hacía unos tres años y, en aquel momento, me pareció el lugar más maravilloso del mundo, desde aquellas las cosas han cambiado y, tampoco vamos a mentir, a base de probar y probar el paladar de una se ha hecho algo más exquisito.

En esos tres años intenté volver unas cuantas veces… pero, o era agosto (y cierran todo el mes) o era el día de descanso… o, simplemente, no había sitio… Como dice el refrán, el que la sigue la consigue y, finalmente, conseguí reservar una mesa. En verano se puede reservar en la terraza aunque no siempre te hacen caso.

Empezamos mal, cuando llegué no había mesa, estaban todas ocupadas y la solución fue, después de tenerme esperando un buen rato poner una mesa extra, a grandes males… remedios chapuza. Después la cosa no mejoró demasiado, se liaron con la comida, con los platos, las cervezas sin alcohol eran minis y la salsa roja que te ponían con los nachos era de tomate triturado de bote… con su ácido característico. Sin embargo, la comida sigue valiendo mucho la pena.

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Los precios no son especialmente baratos, pero las raciones son muy abundantes y eso siempre compensa. Cuando llegas, para que vayas abriendo boca te ponen una bandeja con nachos y las clásicas salsas roja y verde. La verde estaba muy rica, tenía un montón de lima y un punto perfecto de picante… de la roja ya he hablado antes y tampoco quiero hacer sangre.

Para comer pedimos una tostada de tinga que estaba de morirse!!! Mezclando un montón de sabores con la tortilla crujiente en la base. Unas enchiladas de pollo en salsa verde (otra vez esta simple y descriptiva manera de llamarle a las cosas) que no se quedaron atrás, 3 tortillas servida en una bandeja tamaño platillo volante, con salsurria, queso fundido y unos aros de cebolla crudos que le daban el contraste perfecto.

Y, por último, el plato estrella, el Molcajete sabana con queso, salsa y frijoles. Un molcajete es una especie de mortero hecho con piedra, generalmente volcánica, en su variante gastronómica es un mortero relleno de los guisotes más insolitos y deliciosos. En este caso, carne de ternera cortada en trocitos, con un montón de salsas y una barbaridad de sabores diferentes que venía acompañado de unas tortillas de maíz.

Lo mejor de este mexicano es que todos los platos tienen un montón de sabor y, lo que es más importante, todos saben distinto… (aunque parezca de perogrullo, por desgracia no lo es). Se come por algo más de 20 euros por persona, con el chupito de tequila y Sprite al que invita la casa incluído. Los margaritas de tamarindo siguen siendo su especialidad, pero en este caso no tocó probarlos.

En resumen, la comida se lleva dos limas, tres años después sigue siendo fantástica, el servicio y todas las eventualidades que lo siguieron se gana el medio limón. Muy recomendable… pero sigue sin ser el Mejor Mexicano de Madrid 😉

TAQUERÍA DEL ALAMILLO: Plaza del Alamillo, 8. Madrid.


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CHOCOLAT BAR… En busca del buen chocolate (Madrid)

Vuelven los días grises y lluviosos, toca sacar las catiuscas del armario… Ir pensando en desempolvar los plumíferos e ir haciéndose a la idea de que las facturas por la calefacción van a volver a dispararse… Sin embargo, también vuelven algunas cosas buenas como el momento «peli y manta» con lluvia de fondo, los buenos cocidacos y, como no, el chocolate con churros!

Madrid es un lugar con mucha tradición chocolatera, tanto es así que tienen su propia versión de los churros, las porras. Hoy en día, es raro encontrar a alguien que no conozca las porras… Pero sorprendentemente todavía queda gente que puede fascinarse por primera vez con esta versión «manporrera» y algo más aceitosa de los churros, para ellos, no hay excusa.

Encontrar un buen chocolate no es tarea fácil, hace ya tiempo que los chocolates instantáneos de polvos sin sabor y con mucho espesante nos invadieron .. Atrás queda el recuerdo de la abuela rallando las onzas de chocolate para que se pudieran disolver… Sin embargo, tomar un buen chocolate no es imposible y hoy os hablamos de ellos.

San Ginés es uno de los más clásicos, es apto para todos los públicos, aparece en Luces de Bohemia de Valle Inclán y tiene sus paredes llenas de fotos con personajes famosos. Si no te tira ni el punto novelesco ni el del famoseo siempre puedes ir a tomar un buen chocolate con unas magníficas porras.

Hoy nos salimos de la estricta tradición y exploramos nuevos horizontes… Nos vamos al Chocolat Bar, un pasillo ancho escondido en el barrio de las Letras. El chocolate es incluso más rico que el San Ginés y, aunque los camareros no lleven chalecos blancos… Casi que a nosotros nos gusta más.

Cuando llegas te acercan una bandeja enorme llena de pastas para que elijas, están realmente buenas. El chocolate es un tazón inmenso y las raciones de churros y porras recién hechas no se quedan atrás… Id con mucho hambre y dispuestos a no volver a comer en, al menos 12 horas. Eso, o bien optad por la opción razonable y pedid una ración para dos.

El café con churros vale 2,70€ y el chocolate 1 euro más. No puede decirse que sea barato pero como nuestro médico sólo nos lo va a permitir un par de veces al año… Podremos pagarlo, disfrutarlo e incluso darles una lima y media.

http://www.chocolatmadrid.com/

CHOCOLAT BAR: C/Santa María 30, Madrid


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EL COSACO… una grata sorpresa con acento ruso (Madrid)

Probablemente,  nunca os hayáis planteado ir a comer a un restaurante ruso, su gastronomía es una de las grandes desconocidas pero me apuesto lo que queráis a que después de leer esta entrada os entran unas ganas locas de probarlo, es más, estoy por apostar cuál va a ser vuestra próxima búsqueda en Google.

Confieso que yo partía de una situación más o menos parecida, todo mi contacto con la comida eslava se resumía en un par de visitas a restaurantes polacos saldadas sin más pena que gloria y con una buena dosis de antiácidos. Sin embargo, alguien con reconocido buen criterio se empeñó en que debería darle una oportunidad al Cosaco (el restaurante ruso más antiguo de Madrid) y, entre eso, y que tiene terraza, me faltó tiempo para probarlo.

El Cosaco está en la plaza de La Paja, uno de mis lugares de terraceo favoritos, en medio de la Latina. Es un restaurante hortera como le corresponde a su definición de ruso, pero que dentro de lo hortera que es resulta hasta bonito, incluso íntimo y la terraza que tiene es, directamente, maravillosa. Eso sí, una advertencia, todas las terrazas de esa plaza tienen algo en común, uno sabe cuando se sienta pero no tiene ni idea de cuándo se va a levantar, atrapan!

Entre semana tienen un menú por 12 euros que me he prometido encarecidamente probar. Pero en este caso era fin de semana y llegábamos con ganas de probar toda la carta así que nos lo tomamos como una ocasión especial.

Empezamos con unos Blinis Bloyarski (30€), que vienen a ser unas tortitas típicas, esponjosas y calentitas, con un surtido de salmón, arenque y trucha ahumada con caviar Keta y alemán, acompañado de crema agria… Nosotras partimos los blinis para poder probar de todo y aunque todo estaba delicioso mi favorito fue el caviar Keta y el arenque.. qué bueno! me comería hora mismo una bandeja llena de blinis de arenque…

De ahí nos pasamos a un Strogonoff imperial, que era de concurso. Llevaba tiempo queriendo comer ese guiso y, no sé si por pereza, o falta de receptividad en el público seguía con las ganas, así que al verlo en el menú no lo dudé. La media ración es suficientemente abundante para dos y te da la oportunidad de probar más cosas.

Por último pedimos unos rollos de verduras rellenos de carne, que venían en una cazuelita gratinado y, aunque se parecía mucho a las especialidades polacas el sabor y la preparación no tenían nada que ver. Muy rico!!!!

Con los postres no acertamos demasiado, el sorbete de limón estaba demasiado ácido (vamos que parecía que se te iban a salir los dientes) y el postre de frambuesas con melocotón podía provocarte un coma por glucosa.. mi recomendación es que os vayáis directamente a las Caipiroskas que las hacen deliciosas.

El personal es encantador, el gerente del cotarro super majo, la posibilidad de encontrarte (como nos paso a nosotras) en medio de una boda rusa no tiene precio. Además muchos días tienen música en directo.. entre eso y el vodka por unos 30 euros por persona tienes un éxito de dos limas asegurado.

EL COSACO: Plaza de la paja, 2. Madrid

http://restauranteelcosaco.com/