Optar por un restaurante en Madrid que se llama Kilómetros de pizza y que su marketing y estética se acerca más al de Pizza Jardín que al de una trattoría italiana puede parecer en principio un ejercicio de testosterona en el que lo primordial es el tamaño.
A pesar de constantes mensajes provocativos tipo “¿cuántos kilómetros te puedes comer?” o “para quien se atreva”, o de tener en una pantalla en el restaurante (y en su web) un contador de kilómetros de pizza servida (según nuestros cálculos en estos instantes equivalen a 45.253 pizzas en unos tres años), el principal atractivo de este restaurante es la calidad de su masa, pura alta cocina. Como aquellos de «El secreto está en la masa» pero en bien.
Las pizzas tienen un montón de sabores «exóticos”, pero lo mejor es la masa. Según anuncian en la web utilizan harinas importadas de Italia y las masas llevan un 40% de agua. Además se crean y fermentan únicamente en la cocina del restaurante mediante un proceso de fermentación que dura entre 24 y 96 horas según el tipo de masa. Lo cierto es que en tus manos tienes una masa fina esponjosa con una base crujiente (estilo de masa romano) que eleva la experiencia a una categoría gourmet.
Jesús Marquina y su asesoramiento son la clave, un cuatro veces campeón del mundo de pizzas que diseña y supervisa la variedad de 14 pizzas con la que cuentan en carta. Es posible que el nombre y la obsesión por los metros sea también inspiración de Marquina, que cuenta con el Record Guinness de la pizza más larga del mundo (1.145,5 metros).
El local, está en una esquina de la marchosa Avenida de Brasil, es amplio y luminoso. Las cristaleras a la la terraza exterior y su cocina abierta dan sensación de transparencia. La decoración está cuidada pero sigue siendo pragmática, por lo que pueden conformarse en un instante grupos de mesas de un amplio o reducido número de comensales sin llegar a sentir que te falta el espacio vital.
La carta tiene varios platos italianos y un Menú Ejecutivo por 12,50€ que pueden llegar a ser una buena opción limonera, pero nosotros hemos armado un ejército de seis personas para ir de frente a por el gran reto, la pizza de dos metros, única en el mundo. Semejante longitud permite optar hasta por cuatro tipos distintos. Nuestra elección es:
¡!FUAS!!: Foie crudo en virutas sobre mermelada de higo, granos de granada y aceite de Albahaca. Para chuparse los dedos de los pies. Pepito de solomillo: Como buena versión del pepito de ternera (la carne de muy buena calidad), es recomendable envolver el solomillo con la masa, puede parecer que da igual pero no da. Setas de temporada y crema de calabaza: Con mortadela trufada, para disfrutar. Pizza La Venta: Inspirada en una de las pizzas campeonas del mundo es como comer ricos huevos fritos con chorizo y tocino ibérico (el tocino se detecta suave en el paladar pero apenas a la vista), pero le falla en gran medida la salsa de tomate (parece de bote) que emblandece y estropea la masa.
El momento gourmet, si no llegas a notarlo en el sabor no te preocupes, lo notarás al recibir la cuenta. La dudosa hazaña de acabar con los dos metros de pizza llevó como contrapartida no poder alcanzar a probar nada de la pobre carta de postres, de la que sólo resalta la CUBETA de helado artesano (les ha faltado llamara MEGA CUBETA). A pesar de no tomar postres ni entrantes nos salió por 27 € por cabeza contando “sólo” la pizza y dos bebidas por zampapizzas.
Si el precio no te asusta y eres un auténtico buscador de la mejor pizza de Madrid, Kilómetros de Pizza debe estar en tu lista de restaurantes a explorar. La recomendación es que optes por pizzas individuales o incluso porciones distintas para saborear más sabores y evitar que las salsas empeoren y enfríen la masa. Pero entendemos que si vas en grupo de “machotes” no podrás evitar entrar en el Hall of Fame del restaurante con fotos de quienes superar los records de las distintas categorías.
El servicio es amable pero insuficiente en número, caen en el pecado común en estos tiempos de crisis de intentar cubrir más mesas de las que realmente pueden abarcar, y eso es un error que no se perdona cuando el restaurante se promociona y pagas por una “experiencia Gourmet”. Las pizzas merecen casi dos limas, pero el precio y la larga espera en ser atendido hace que en el frutero pongamos también un limón.
Avenida de Brasil, 6. 91 755 72 32.