De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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ALFREDO´S BARBACOA… Hamburguers born in the USA. (Madrid)

Antes de arrancar, pongamos música para ambientarnos… porque si algo tiene el Alfredo´s es ambiente! Quizá sea por los rodeos que ponen en la tele del local en modo bucle, quizá por las banderas que forran las paredes, quizá por los camareros a los que sólo les falta ir con Harley entre las mesas… pero lo que sí tengo claro es que a mí la hamburguesa me supo a Bruce Springsteen… y a Born in the USA.

Alfredo´s es un clásico hamburguesero de Madrid. El primer local (tienen tres) lo abrió un Neoyorkino en 1981, en una España escasa de influencias gastronómicas internacionales y triunfó como la Cocacola. A día de hoy, más de treinta años después, sus tres locales siguen siempre llenos a rebosar. No os dejéis engañar por los manteles de papel… esta gente puede llegar a tener más lista de espera que el propio Kabuki.

Supongo que en esto del éxito el ambiente de los locales hace, mola sentirse como Enric González en cualquiera de sus historias de Nueva York, esas en las que nos habla de los Steak Houses (esteic que no stic) y de como las vacas americanas saben especial porque por motivos políticos se alimentan de grano y no de pasto…  pero la verdad, es que el secreto está en la carne. Al Alfredo´s se va a comer carne… y es deliciosa.

Alfredos

La carta es ultracorta y, parece ser, que no ha variado en los últimos treinta años. Yo me lo creo, hay claves esenciales, permanecen inmunes a la cebolla frita (Que no a los ricos y grasosos aros de cebolla), a la cebolla caramelizada (que no a la clásica cebolla a la brasa) y sobre todo, al queso de cabra. Muchas veces es cierto eso que dicen de renovarse o morir, pero de vez en cuando, encontrar un local ajeno a las modas te reconcilia con los clásicos.

En nuestra visita probamos la ensalada de col, no suelo ser muy fan, pero si está en todas las mesas igual es por algo y como media ración cuesta 2,75 euros, no íbamos a quedarnos con las ganas. La cuestión es que sorprende, tiene una salsa dulzona que hace que no sólo se coma sino que esté riquísima. Por aquello de engañar un poco más el estómago nos pedimos otra media de chile con carne (3,50€), conocí este manjar en Rota y nunca, nunca, nunca, me separaré de él. No estaba como el casero, pero para quitar el antojo y el frío que ahora empieza a atacarnos, bien vale.

Y llegamos a las hamburguesas…  Las tienes en tamaño pequeño (de 160 g.) y grandote (250 g.) que además de la carne de cebón y las patatas fritas, trae ensalada de col. Como ya veníamos ensalados del primero, optamos por dos pequeñas, no temáis, son bastante consistentes. Pedimos una con salsa barbacoa, bacon y queso y otra con queso philadelphia y cebolla a la brasa (7,25€) , las dos poco hechas y cumplieron.

La salsa barbacoa es casera y está de morirse y en el bolón de queso philadelphia no escatimaron. La carne está recién bajada de los cielos y ahora… llegan los limones. El pan de la hamburguesa es bimbo sin más, y cuando digo sin más… es sin más, ni un mínimo tostadito, la cebolla era tan dura y venía tan poco braseada que me la estuve comiendo hasta el desayuno del día siguiente y el mayor pecado mortal de todos… horrendas patatas congeladas.

De postre pedimos una cookie con helado de vainilla, es tamaño americano, o Triki, vamos, gigante pero no nos gustó nada… en vez de ser crujiente era esponjosa y entre eso, y la esencia de limón aquello sabía a magdalena de la Bella Easo. Horreur, horreur.

En resumen, el local es la caña, el servicio es tan rápido que a veces roza el borderío, pero la verdad es que conjuga bien con el local, la carne de las hamburguesas es lo mejor que los limoneros hemos probado en años y eso les da dos limas. El resto… se ganan un limón a pulso. Eso sí, aún con todos los limones que queramos, no me da llegado el momento de volver.

http://www.alfredos-barbacoa.es/

Dirección: Calle Juan Hurtado de Mendoza, 11 Madrid
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LA PEPITA… las mejores hamburguesas de Vigo.

Si decimos que hay una fiebre con las hamburguesas gourmet  no estamos descubriendo la pólvora. Sólo hay que ver que en el casi un año que llevamos abierto ya les hemos dedicado tres entradas, en Pozuelo, de espaguetis en Zaragoza,  o con sonido sesentero en el HD, por no hablar de la maravillosísima hamburguesa con provolone del Ateneo. Hoy continuamos con el tema y nos vamos a Vigo a probar La Pepita. Seguramente, uno de los sitios más de moda de la ciudad.

En plena crisis ver sitios a los que les va bien y están llenos a golpe de martes mola. La Pepita es uno de ellos, por norma general no reservan con lo cual, la única forma de garantizarte una hamburguesa es ir pronto. Puestos a tener cosas en cuenta, los lunes cierra.

Los diseñadores han hecho un muy buen trabajo con este sitio, desde la imagen corporativa que es muy chula a todo el diseño del local, una mezcla de maderas entre fabril, acogedor y diner a partes iguales, con sofás marrones y consignas de lata. El sitio no es muy grande pero está tan bien aprovechado que caben un montón de mesas, con el problema que esto conlleva, eres partícipe de las conversaciones del vecino.

Pero lo importante es lo importante, las hamburguesas. Tienen una carta bastante amplia con nombres exóticos: Laponia (Ese lugar de donde viene Papá Noel y al que todos deberíamos ir a trabajar en masa… o algo así), chaparrita, Rouge o la que yo pedí, Rianxeira (6,50€) de ternera, queso San Simón gratinado, cebolla roja, lechuga y panceta crujiente.  Dependiendo de cual sea puedes elegir entre 150 o 200 gramos.

Además de la carta, todos los meses tienen una especialidad, ahora está la Japo (Carne de buey de Kobe, mayonesa de teriyaki y setas Shiitake) y no pudimos resistirnos a pedirla, ni siquiera nos echaron atrás los 11,50 euracos que costaba. Ambas estaba muy buenas, no nos preguntaron por el punto de la carne, pero lo cierto es que la trajeron poco hecha así que tampoco es plan de ponerse picajosos. El pan era esponjoso y plagado de semillas de amapola.

Como acompañamiento pedimos unas patatas gruesas fritas con ketchup picante (que casi no picaba) y mayonesa de ajo asado realmente rica. El ajo asado triunfa y sino, mirad la entrada de Los Chuchis. Estaban muy buenas, fritas con piel otro elemento que triunfa, pero quizá estarían mejores si vinieran incluidas con la hamburguesa, al menos con las especialidades.

Las camareras fueron muy majas, lo necesitábamos y nos sirvieron muy rápido y cuando nos fuimos corriendo por la puerta con la amenaza de perder un tren nos recordaron que teníamos que volver para probar el Brownie de chocolate, parece que no siempre es así. El punto negativo fue el susto al ver la cuenta, dos hamburguesas, tres cocacolas y unas patatas fritas, 27,25 € un poco mucho, no nos vamos a engañar. Es verdad, que si no hubiéramos pedido la japo la cuenta se habría quedado en unos 10 euros por persona bastante razonables.

En resumen, probablemente, las hamburguesas más ricas de Vigo se merecen una lima y media, el precio y el hecho de que no tengan un menú del día… les da el medio limón.

LA PEPITA: Calle Oporto, 15. Vigo

http://www.lapepitaburgerbar.com/


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CAFETERÍA HD… Hamburguesas con sonido sesentero (Madrid)

En 1962 en la Calle Guzman el Bueno, justo enfrente de donde hoy está el Tierra de Burritos, se abrió una cafetería. De aquellas era normalita, tenía sus mesas de formica, sus sillas de cocina, su barra con espejos tintados… Y pasó el tiempo y los dueños tuvieron paciencia (No olvidemos que todo lo vintage pasa una época donde está horrorosamente anticuado) pero gracias a eso hoy tenemos un Diner a la española perfectamente conservado donde por no cambiar, no ha cambiado ni la música.

La música es, muy probablemente, lo que más me gusta del local. Una hamburguesa sabe mejor cuando suena Downtown de Petula Clark, o los Beach Boys, o Tom Jones… mover la cabeza mientras masticas, mola. Así que como la música es una fantástica compañía un punto positivo del HD es que es un lugar perfecto para comer sólo. Su plato estrella son las hamburguesas, tienen menú pero… comer menú en el HD, da penita.

El encargado del local es un fenómeno, además de una de esas personas competentes a las que les dices que tienes prisa, se lo toman en serio y cumplen con su palabra. Elegir hamburguesa no es cosa fácil, hay muchas con buena pinta, tardamos «tanto» que el encargado acabó diciéndonos que no hacía falta que nos aprendiéramos la carta de memoria, que tenía trabajadores que no se la sabían. Siempre se puede considerar una oportunidad de empleo 😉

Optamos por una ración de patatas fritas en aceite de oliva, que venían en un cartucho de papel, peladas pero poco, naturales y ricas(2,50€) una Eggburguer (8,80€) y una Grandburguer. Las hamburguesas son de dos tipos, normales, con su carne de buey, lechuga, tomate, cebolla y mahonesa más adiciones y las «world»  con guacamole, foie, pesto… Las world valen más (unos 10€) pero es cierto que tienen patatas incluídas con lo cual, la cuenta va a salir más o menos igual (carilla).

Estos chicos presumen de pan, cuentan que es artesanal y lo hacen con cerveza negra, nos lo creemos y la verdad es que está rico, aunque si hay que ponerle pegas, quizá sería que es un poco dulzón. Por la carne te preguntan como la quieres… y hasta cumplen!

La verdad es que están muy ricas, la cebolla crujiente mola y el cheddar crujiente (que viene a ser una loncha de queso que han dejado que se funda y refunda en el horno) es un inventazo. Embadurnar la hamburguesa en salsurrias es una pena y eso siempre es buena señal.

El problema es que una cocacola, más media de patatas, más la hamburguesa superó los 13€ y qué queréis que os diga… no deja de ser un bocadillo con 150 gramos de carne. Así que se llevan lima y media por el producto y medio limón por el precio.

Pd. si es la hora de merendar no os perdáis las tortitas, son buenísimas y sólo por 1,90€.


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Hamburguesas de todo tipo en San Petersburgo (Zaragoza)

No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad”, Pierre Bezukhov, burgués y petersburgués, Guerra y Paz, (1869) León Tolstói.

Hoy nos vamos a un local mítico de hamburguesas de la zona heavy de la ciudad de los Héroes: Zaragoza. Antaño cuando Zaragoza no se había convertido aún en una ciudad de hipsters, gafapastas, ipads y carriles-bici, había una zona heavy, muy cercana a La City (Ciudad Universitaria), entre Corona de Aragón y Tomás Bretón, con una decena de bares donde el metal corría a raudales, y donde los peludos maños agitaban sus cabelleras al son de Guns’n’roses, Manowar, AC/DC o Metallica, mientras tragaban kalimocho. Allí, surgieron una serie de tugurios de bocadillos como El Patio de Fran o el San Petersburgo, donde poder llenar la barriga sin alejarte del sonido más puro. Para leer este post con la música adecuada, recomiendo a la banda autro-rusa de rock-ska Russkaja.

Siempre me ha gustado San Petersburgo, porque allí, es donde pasa la trama principal de una de mis novelas favoritas: Guerra y Paz, obra maestra de la literatura, culebrón zarista y campaña bélica, donde como mis ancestros, los hijos de la Madre Rusia rechazan ahora y siempre al invasor francés. Precisamente en francés está la principal decoración de la hamburguesería San Petersburgo, un mapa enmarcado del Royaume d’Aragón encargado para su majestad Philippe V de Bourbon, invasor y confiscador del autogobierno, aunque a diferencia de nuestros vecinos orientales, nosotros somos de quejarnos menos y comer y reír más. Cada vez que entro lo miro un instante y me voy derecho a la jugosa carta.

La carta del bar es estupenda porque tiene dos decenas de hamburguesas distintas y enormes con todo tipo de ingredientes para encargar. Puedes pedirla a tu gusto o una de las distintas nacionalidades allí presentes. La aragonesa, en lugar de carne picada usa carne de longaniza blanca, la navarra, usa carne de chistorra, la francesa queso bríe y mostaza y así. Sin embargo hay tres que me resultan una auténtica marranada sólo para los paladares más bizarros. La italiana es una hamburguesa, que aparte de la carne, lechuga, tomate y queso lleva espaguetis con tomate. Sí tal cual, y se salen por abajo cuando muerdes. La india lleva un par de cucharadetas de arroz y la mejicana, jalapeños, chile y Doritos ¡¡dentro de la hamburguesa!!.

¿En serio? ¡Sí en serio!. Espero que pronto incluyan la mallorquina con sobrasada y en lugar de panecillos, dos ensaimadas, y la asturiana, con fabes con chorizo entre pan y pan. La joya de la corona, eso sí, es la hamburguesa SanpeTRESburgo, una hamburguesa triple, sólo para gente con buena gana, que eso sí, en Aragón abundan.

De precio fenomenal, las hamburguesas enormes varían entre 5 y 10 euros y hay una gran variedad. La nota que le pongo, si pides cualquiera aparte de las tres destacadas una lima como la de limar barrotes. Si pides alguna de las tres más gansas, dos limones como dos soles. No se puede mezclar el tocino con el speed, ni tampoco cualquier cosa con una hamburguesa.

Hamburguesería San Petersburgo, C/ San Antonio María Claret, 47-49 <T> Fernando el Católico-Goya, Zaragoza

Consejo embidioso: Aragón tierra de vinos, con cuatro denominaciones y todo lo que quieras, pero si estás en Zaragoza prueba la cerveza local y no oses negar que es la mejor del mundo que hayas probado en la vida. Los nativos te lo agradecerán.


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Escapada limonera… destino A Coruña.

La presentación del disco “Paradero Desconocido” de Quinito López Mourelle en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) nos dio la excusa perfecta para irnos de escapada hasta A Coruña, ciudad en la que el viento da la vuelta en Riazor y ya no viaja hacia el sur.

Siempre que vamos, es visita obligada subir hasta el Parque de San Pedro. Allí es donde pasamos la tarde del sábado. Está en el barrio de Los Rosales, el parque debe su nombre al monte que lo aloja. Es inmenso, tiene zona de merenderos con barbacoas, zonas dedicadas a los niños con columpios, un laberinto de estilo inglés hecho principalmente con setos , un observatorio (Cúpula Atlántica) que a su vez hace de sala de exposiciones,  césped, mucho césped para poder andar descalzos y unas vistas impresionantes de la ciudad. Cuando vayáis a La Coruña no os olvidéis de visitarlo.

Al día siguiente, después de asistir al magnífico concierto de Quinito y visitar la exposición de Larry Fink – Body and Soul (hasta el 15 de Septiembre), mi amiga María propuso ir hasta Culleredo para comer en una pizzería/hamburguesería un tanto peculiar. Y hasta allí nos fuimos.

Galipizza es un restaurante con muy buen ambiente, acogedor y con muchos detalles decorativos que llaman la atención. Uno de ellos es que han utilizado una báscula, de las que antiguamente había en los ultramarinos, para ubicar los grifos de cerveza de barril. Otro detalle, para identificar las puertas de los baños, han puesto un vinilo del billete de cien pesetas (el que tenía el rostro de Manuel de Falla) para los chicos y otro vinilo, esta vez el de quinientas pesetas (con el rostro de Rosalía de Castro) para el de chicas.

Hay una zona del restaurante que está acondicionada como un vagón de tranvía. Ahí es donde comimos y desde donde observas todo el trajín del comedor principal.

Bueno, a lo que vamos. ¿Por qué Galipizza es una pizzería a la que deberíamos ir?

Su carta (además de comida mejicana, tapas, ensaladas, pasta…) contempla más de 20 variedades de pizza. Están las básicas (Margarita, Cuatro Estaciones…) y las que no pueden faltar (Cuatro quesos, Romana, Vegetal…) pero las que realmente merecen la pena son sus pizzas con ingredientes  típicamente gallegos.

Tuvimos un verdadero dilema a la hora de decidirnos cual elegir. Personalmente me parecen muy buenas propuestas, sobre todo porque lo que pretenden es diferenciarse como pizzería/hamburguesería y ofrecer productos con ingredientes regionales y de muy buena calidad. Para que os hagáis una idea estas son algunas de sus propuestas:

  • Fogar de Breogán: salsa de tomate, queso de Arzúa, San Simón, O Cebreiro y queso de Tetilla (9,60 €)
  • Raxo con grelos: salsa de tomate, queso San Simón, raxo, panceta y grelos (11,10 €)
  • Ovos rotos con gambas: salsa de tomate, queso de San Simón, zorza, patatas y huevos (11,30 €)

Nosotros probamos dos y pedimos que nos la hicieran en una pizza grande, mitad y mitad. Una fue la de lacón con grelos y queso de Arzúa-Ulloa (6,80 €) y la otra la Xacobea con queso San Simón, espárragos, pimientos del piquillo, cecina, vieira y queso de O Cebreiro (7,00 €)

Ver llegar la pizza a la mesa fue todo un acontecimiento. Las hacen con masa artesana, con el grosor justo para que puedas coger la porción y no se te desparrame el queso. Bien horneada y con ingredientes rebosantes (para mi gusto, en exceso).

No me convenció la cecina en la Xacobea. Le da un regusto demasiado fuerte y los demás ingredientes quedan en un segundo plano. Sin embargo la de lacón con grelos la volvería a tomar o incluso la haría en casa para sorprender a algún incondicional de la comida italiana que conozco.

No pudimos salir de allí sin probar las hamburguesas gourmet, yo hubiese probado la platino de buey con 250 gr de carne, con crema de queso de cabra, cebolla caramelizada y pan de hamburguesa casero (7,50 €) pero ya no les quedaba así que la gourmet elegida fue una hecha con 250 gr. de ternera 100% gallega, queso San Simón, grelos,chorizo, pan casero y patatas (7,50 €). La carne estaba jugosa, hecha al punto y muy sabrosa. Los grelos no desentonan. Lo decepcionante fue ver como semejante hamburguesa venía acompañada con patatas  congeladas, en fin…

Como colofón pedimos dos helados italianos en cucurucho (2,20 € c/uno) y café pero hay que especificar que sea de pota para que te lo sirvan así de bien acompañado (aguardiente blanca, de hierbas, licor café y crema de orujo)

Pagamos 8 euros por persona, nos atendieron fenomenal, sus pizzas aparte de ser muy originales, son 100% gallegas, el servicio de cocina es rápido y los camareros están muy pendientes de que no falte nada. Tras la visita a la ciudad, el concierto, la exposición y la comida, no puedo menos que darle a la escapada una lima y media.

GALIPIZZA: c/ Alcalde Electo Carballo nº 22 – Culleredo

http://pizzbur.gl/