De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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LUOS… comida oriental elaborada en menú del día. (Madrid)

Creo que el mundo es una gran familia, y tenemos que ayudarnos unos a otros, Jet Li, actor chino y repartidor.

De pequeño cuando me hablaban de Oriente pensaba en los reyes magos, en las películas con gran reparto y en el oro, el incienso y la mirra. En gastronomía no tiene nada que ver. Cuando un restaurante es oriental, suele ser un refrito de comida china, vietnamita, filipina y japonesa, donde cabe el sushi de salmón, los rollitos vietnamitas y el cerdo agridulce. Es un concepto aglutinador-fusión donde lo único en común es el arroz.

La semana pasada fui al Restaurante Luos en el barrio de Argüelles, muy cerca de la Calle Princesa. Tuve suerte porque fui al día siguiente de su inauguración y estaba todo nuevo. Decoración elegante, más de restaurante de sushi que del chino con dragones dorados y faroles rojos de toda la vida. Muchas plantas y cuadros de HongKong, palillos y mesas elegantes y platos cuadrados muy elaborados.

Pedí un menú del día que constaba de un primero, un segundo, una guarnición del segundo, bebida y postre. Aparte de aperitivo al sentarme antes de pedir sacaron un aperitivo de cacahuetes garrapiñados. Había cuatro primeros y cuatro segundos en la carta. Todos de nombres muy sugerentes.

Luos delimaalimon

De primero pedí una tempura de berenjenas con queso gouda. Basicamente eran una especie de sanjacobos enormes de berenjena frita deliciosos, con una zanahoria hilada de decoración. En el consejo de hoy explico lo que no hay que hacer en este caso.

De segundo pedí tiras de buey con verduras y curry. Estaba simplemente espectacular. De lo mejor que he comido nunca. Un plato generoso de ternera con pimientos, cebolla, ajo, limón, piña y un fuerte toque de tomillo y romero que combinaba genial. Me gustó especialmente el uso de fruta cocinada en el wok, todo en trocitos pequeños muy atrapables con los palillos. De guarnición un bol de arroz Luos, que era igual que el arroz tres delicias de los restaurantes chinos de toda la vida, pero con piñones en cuenta de guisantes. Delicioso.

Si el segundo no había sido suficientemente bueno, los postres no se quedaron atrás y pedí un helado de pistacho. Me gusta que cuando se ofrece helado haya de sabores raros más allá de los tradicionales: vainilla, fresa y chocolate. Al terminar le pregunté al camarero que significaba Luos y me dijo que era un acrónimo de Luis y Óscar que es como se llamaban. Es mejor pasarse de cuzo y preguntar lo que no sabes.

De precio: 11 euros, el menú del día. Imagino que por las noches y a la carta suba bastante, pero el menú del día de mediodía está fenomenal y le doy dos limas y media porque honestamente, no había probado ninguna combinación tan buena de comida china y mediterránea. Vale que era su primer día, pero repetiré a ver si siguen manteniendo el nivel.

Restaurante Luos, C/Andrés Mellado 5, Madrid <M> Argüelles

Consejo Embidioso: Cuando pedí los platos, la camarera me dijo que si me traía cubiertos en lugar de los palillos de la mesa. Como soy un poco listillo le dije que no. Trajo las berenjenas en tempura de 10 cms de largo y no había forma de cómo cogerla con los palillos ni como cortarlas, para poder mojarlas, en la salsa de soja que venía aparte. Así que al final, con las manos como un campeón y con el queso fundente escurriendo entre loncha y loncha. Conoce tus limitaciones. No hagas el capullo. Gobierno de España.

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MUI… tapas de siempre como nunca (Madrid)

Os imagináis lo que es estar dos años intentando ir a un local y que siempre cuadre en el lunes que es el único día de la semana que cierran? Pues, exactamente esa, es mi relación con el Mui. Hasta que hace unos días los astros se alinearon y, por fin, pude visitarlo.

El Mui es de los creadores de la Tasquita de Enfrente, un local de lo más castizo de Madrid en la calle Ballesta, bueno, en el Triball que se dice ahora (el Triángulo de Ballesta). Una zona super moderna llena de tiendas «vintage» de «Cupcakes» y de camisas de cuadros con gafas de pasta. Pero no os asustéis si el gafapastismo no es lo vuestro… Los no-modernos también tenemos nuestra oportunidad.

Abrió en el año 2011, desafiando el temporal, y triunfó, todos los días se llenaba, por desgracia el empujé no dura eternamente y, aunque era jueves, el día que fuimos estaba vacío. Y este local vacío es una tristura, fue diseñado para el bullicio. Esa barra de nosecuántos metros así lo indica. En todo caso, un local vacío tiene sus ventajas, que la encantadora camarera esté para vosotros solos, es una de ellas.

Aunque la carta es larga, decidir es difícil, los precios no superan los 8€ y las raciones son generosas. Finalmente, con la ayuda de la camarera nos decidimos… Por unas croquetas de jamón, inmensas y maravillosas. Es verdad que con los 2,20€ que cuesta cada una ya pueden ser grandes. Pero valen la pena, qué cremosas… qué rellenas.. qué buenas!

El tartar de salmón con Tzatziki era glorioso! (Hablando de Tzatziki os debo una entrada sobre la gastronomía griega). Super picadito… simple, picantito, perfecto. Y los torreznos (5,90€) … aaaah los torreznos mojados en yema de huevo (otro clásico que no os podéis perder). Una ración gigantesca, crujientes.. aceitosillos, ñam!

Por último (y aunque casi no hubiera ni hecho falta) muy recomendados probamos la berenjenas con salsa de mostaza y miel y… qué queréis que os diga, muy ricas, con unos bastones de berenjena de tamaño serio. Pero con una salsa formato Mercadona que no decía demasiado y una berenjena… que no era tan maravillosa como prometía. Una chafada porque, con lo bien que íbamos!

El postre fue una tarta de queso Idiazabal que no era la del Mollete, pero tenía su gracia. Esto con un par de copas de vino por cabeza muy poquito más de 15€ por cabeza. Muy buen precio, tapas de toda la vida en su punto perfecto, una camarera auténtica y encantadora… un puntazo de lugar que se llevan dos limas y un poquito.

MUI: Calle Ballesta 4, Madrid