Dicen los sabios que hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo… Los limones somos seres bien mandados.. así que les hemos hecho caso, y hemos creado una nueva sección: desayunos de categoría.
El sitio al que hoy os llevamos sirve para todo, podéis desayunar, tomar el aperitivo, comer de menú… sólo tiene un requisito, vayas a lo que vayas, vete con hambre, esta gente no entiende de raciones pequeñas. Hablamos de La Llama, con la excusa de que pilla cerca de mi trabajo, al menos una vez a la semana, nos dejamos caer por ahí a la hora del desayuno y está asumido que ese día ya no se come más hasta la noche.
El lugar es un clásico, viejuno, con espejos revenidos, siempre abarrotado y con el suelo lleno de servilletas. Es un sitio al que se va por la comida y todo lo demás no importa. El dueño habita detrás de la barra y su mujer es quien atiende las mesas. Es un terremoto, vive con un stress que parece que no va a llegar hasta el año que viene, pero llega. Al final os acabáis encariñando con ella, os lo digo yo!
La comida es exagerada, su especialidad es el cerdo en todas sus versiones… aunque nunca olvidaré el primer día que me llevaron allí mis compañeros y pidieron una ración (gigante) de sepia a la plancha con alioli… sí, para desayunar. Buenísima, pero no pude probar bocado hasta el día siguiente. Los miércoles es el día grande de la casa, hacen lacón, lacones más bien, les sale extraordinariamente bien, jugoso, en su punto de sal. Una ración con patatas y pimientos para tres e, incluso, para cuatro sale a euro y poco por cabeza.
Tienen raciones de mil cosas más, salchichas frescas, la famosa sepia… pero su punto fuerte son los bocatas: hay tres tamaños, la pulga (Que sería un bocadillo normal en cualquier otro sitio), el montado que, aproximadamente es media barra y el bocadillo cuyas medidas se escapan de mis entendederas. Muy rellenos no.. lo siguiente. Las fotos dan cuenta del recado. Cada pulga, 1,50€.
La Llama lo ha resistido todo, ha sabido cautivar a estudiantes, abuelas… personas con traje y con mono de trabajo. Todos los días está lleno y, aunque el café no os lo recomiendo y tanto stress no hace que den el mejor servicio del mundo, los desayunos que sirven se merece una lima y media.
LA LLAMA: Reina Victoria 37, Madrid