De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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Escapada limonera… Destino Ávila.

Ávila, además de contar con una de las murallas medievales mejor conservadas de España, cuenta con fama de tener los mejores chuletones de ternera del país. Sin embargo, poca gente sabe que esta capital castellana tiene muchísima tradición de tapeo. Hoy nos vamos de escapada y os contamos las dos mejores maneras de comerse Ávila.

Los fines de semana a eso de las 12:30 y hasta las 15h los abulenses tienen una gran costumbre de “ir de tapas” por Ávila.  En muchos de los bares y restaurantes de la zona central (dentro de la muralla), puedes pedir una caña o vino con tapa por unos 2€, si recorres un par de ellos…has comido!

Una de las tapas más típicas, ricas y contundentes son las “patatas revolconas”, una especie de puré de patata con ajo y pimentón salpicado con unos unos ricos y grasientos “torreznos”. También puedes encontrarte con sitios como el “Alavirulé” , lugares con una decoración más vintage y moderna, donde tienen tapas desde 0,8€ como las revolconasa 3 euros como las hamburguesas de Avileño Alavirulé o “Anchoas de Santoña con tomate Cherryque estaban muy ricas .

Seguramente, después de haber salido de tapas no tengas el cuerpo para meterte un chuletón entre capa y espada pero siempre es una buena opción de la que nos habla Enma López.

Mucha gente se desplaza a Ávila para comerse un buen chuletón, esto ha hecho que muchos restaurantes creasen menús “Turísticos” donde desde 15 hasta 40€ por persona te ofrecen sopa castellana y patatas revolconas y unos chuletones de calidad variable. No tienen por qué ser una mala opción pero nosotros nos decantamos por ir a tiro fijo… y visitamos un viejo conocido, el Rastro. Primero, chuletón y bebida sale a algo más de 30 euros por cabeza, ocasión especial sin duda… pero que merece la pena.

Los chuletones pesan algo más de medio kilo, es preferible pedirlos poco hechos o te arriesgas a que los camareros te miren mal y, lo que es más grave, a que la carne se seque. Cualquier humano con dos dedos de frente os diría que con uno por pareja es suficiente, pero cuando uno se va a comer un chuletón… debe enfrentarse al trozo de carne en soledad y contra las tradiciones no hay que pelear.

Ir a Ávila es siempre una buena opción, es una ciudad pequeña, manejable y habitable, a la que puedes escaparte, cercana a Madrid y con una cultura gastronómica más que apetecible. Dos limas para el destino y lima y media para el Alavirulé.

AlaVirulé : Calle San Segundo, 40 Avila.

www.avila-alavirule.es

 EL RASTRO: Calle Rastro 1, Ávila. 

http://www.elrastroavila.com/sec-meson

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Escapada limonera… destino A Coruña.

La presentación del disco “Paradero Desconocido” de Quinito López Mourelle en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) nos dio la excusa perfecta para irnos de escapada hasta A Coruña, ciudad en la que el viento da la vuelta en Riazor y ya no viaja hacia el sur.

Siempre que vamos, es visita obligada subir hasta el Parque de San Pedro. Allí es donde pasamos la tarde del sábado. Está en el barrio de Los Rosales, el parque debe su nombre al monte que lo aloja. Es inmenso, tiene zona de merenderos con barbacoas, zonas dedicadas a los niños con columpios, un laberinto de estilo inglés hecho principalmente con setos , un observatorio (Cúpula Atlántica) que a su vez hace de sala de exposiciones,  césped, mucho césped para poder andar descalzos y unas vistas impresionantes de la ciudad. Cuando vayáis a La Coruña no os olvidéis de visitarlo.

Al día siguiente, después de asistir al magnífico concierto de Quinito y visitar la exposición de Larry Fink – Body and Soul (hasta el 15 de Septiembre), mi amiga María propuso ir hasta Culleredo para comer en una pizzería/hamburguesería un tanto peculiar. Y hasta allí nos fuimos.

Galipizza es un restaurante con muy buen ambiente, acogedor y con muchos detalles decorativos que llaman la atención. Uno de ellos es que han utilizado una báscula, de las que antiguamente había en los ultramarinos, para ubicar los grifos de cerveza de barril. Otro detalle, para identificar las puertas de los baños, han puesto un vinilo del billete de cien pesetas (el que tenía el rostro de Manuel de Falla) para los chicos y otro vinilo, esta vez el de quinientas pesetas (con el rostro de Rosalía de Castro) para el de chicas.

Hay una zona del restaurante que está acondicionada como un vagón de tranvía. Ahí es donde comimos y desde donde observas todo el trajín del comedor principal.

Bueno, a lo que vamos. ¿Por qué Galipizza es una pizzería a la que deberíamos ir?

Su carta (además de comida mejicana, tapas, ensaladas, pasta…) contempla más de 20 variedades de pizza. Están las básicas (Margarita, Cuatro Estaciones…) y las que no pueden faltar (Cuatro quesos, Romana, Vegetal…) pero las que realmente merecen la pena son sus pizzas con ingredientes  típicamente gallegos.

Tuvimos un verdadero dilema a la hora de decidirnos cual elegir. Personalmente me parecen muy buenas propuestas, sobre todo porque lo que pretenden es diferenciarse como pizzería/hamburguesería y ofrecer productos con ingredientes regionales y de muy buena calidad. Para que os hagáis una idea estas son algunas de sus propuestas:

  • Fogar de Breogán: salsa de tomate, queso de Arzúa, San Simón, O Cebreiro y queso de Tetilla (9,60 €)
  • Raxo con grelos: salsa de tomate, queso San Simón, raxo, panceta y grelos (11,10 €)
  • Ovos rotos con gambas: salsa de tomate, queso de San Simón, zorza, patatas y huevos (11,30 €)

Nosotros probamos dos y pedimos que nos la hicieran en una pizza grande, mitad y mitad. Una fue la de lacón con grelos y queso de Arzúa-Ulloa (6,80 €) y la otra la Xacobea con queso San Simón, espárragos, pimientos del piquillo, cecina, vieira y queso de O Cebreiro (7,00 €)

Ver llegar la pizza a la mesa fue todo un acontecimiento. Las hacen con masa artesana, con el grosor justo para que puedas coger la porción y no se te desparrame el queso. Bien horneada y con ingredientes rebosantes (para mi gusto, en exceso).

No me convenció la cecina en la Xacobea. Le da un regusto demasiado fuerte y los demás ingredientes quedan en un segundo plano. Sin embargo la de lacón con grelos la volvería a tomar o incluso la haría en casa para sorprender a algún incondicional de la comida italiana que conozco.

No pudimos salir de allí sin probar las hamburguesas gourmet, yo hubiese probado la platino de buey con 250 gr de carne, con crema de queso de cabra, cebolla caramelizada y pan de hamburguesa casero (7,50 €) pero ya no les quedaba así que la gourmet elegida fue una hecha con 250 gr. de ternera 100% gallega, queso San Simón, grelos,chorizo, pan casero y patatas (7,50 €). La carne estaba jugosa, hecha al punto y muy sabrosa. Los grelos no desentonan. Lo decepcionante fue ver como semejante hamburguesa venía acompañada con patatas  congeladas, en fin…

Como colofón pedimos dos helados italianos en cucurucho (2,20 € c/uno) y café pero hay que especificar que sea de pota para que te lo sirvan así de bien acompañado (aguardiente blanca, de hierbas, licor café y crema de orujo)

Pagamos 8 euros por persona, nos atendieron fenomenal, sus pizzas aparte de ser muy originales, son 100% gallegas, el servicio de cocina es rápido y los camareros están muy pendientes de que no falte nada. Tras la visita a la ciudad, el concierto, la exposición y la comida, no puedo menos que darle a la escapada una lima y media.

GALIPIZZA: c/ Alcalde Electo Carballo nº 22 – Culleredo

http://pizzbur.gl/