Hace unas semanas hablábamos del Cata e Come un vermouth para luego no comer, hoy cambiamos de barrio pero mantenemos la esencia, La imperial es otro de esos lugares que nunca debes visitar si has quedado a comer en casa de tu/su madre.
Se trata de un pequeño local, a modo de tapería, decorado en formato clásico pero con gusto que se esconde detrás de la calle Pizarro, muy cerquita del Casa Pepe famoso por su cocido y del que algún día hablaremos.
Tienen un menú del día por 9,90€ que suele ser apetecible y hace unos años tenían una camarera que cortaba unos trozos de tartas caseras tan grandes y tan buenos que el menú valía la pena aunque sólo fuera por aquel postre. Sin embargo, lo mejor que puedes hacer en ese local es tomar el aperitivo, sales igual de comido y por muy poco dinero.
Quizá penséis que lo de igual es una exageración, pero considerando que las tapas que te ponen son pequeñas raciones de los platos del menú… Empieza a no ser tanto. Y si os cuento que la última vez que estuvimos por una Estrella (1,90€) nos pusieron, dos jureles fritos, un trozo de empanada de cuatro dedos de ancho, una minihamburguesa, dos trozos de tortilla y unas cuantas aceitunas y cacahuetes igual ya termináis de creerme. Y no os digo nada si os tomáis dos cañas.
Lo mejor de este local es precisamente eso, que la tapa pueda ser una fideuá, un guiso de carne o unos pescaditos y es que, aunque a veces parezca mentira, no solo de hidratos y grasilla vive el hombre.
Quizá no sea la mejor comida del mundo pero, por lo majos que son en el local, el cariño que le ponen a los pinchos que te dan, la apuesta por la tapa de verdad y su buen precio se merecen una lima y media.