De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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POR FIN… cocido madrileño completo por 7 euros (Madrid)

Si piensas que estoy triste, y no me ves sonreír, es simplemente despiste. Maneras de vivir” Rosendo Mercado, rockero y carabanchelero

Hoy nos desplazamos al sudoeste de la periferia madrileña para volver a comer bueno, bonito y barato. Estamos en Carabanchel Bajo. El de Manolito Gafotas no, ese es el Alto. Carabanchel es uno de los distritos más poblados de Madrid superando el cuarto de millón de habitantes, uno de los de renta más baja y con mayor número de personas en desempleo, pero con más solera y regusto de la capital. Quien no recuerda aquello del satanismo o la propia Cárcel de Carabanchel, que como su nombre indica, está en Aluche.

Empezamos por la denominación etimológica del barrio. Carabanchel, a pesar de rimar con bechamel, proviene de la palabra Garbanzal, tierra de garbanzos, producto principal para uno de los platos más típicos de la capital: el cocido madrileño. Y es que los carabancheles fueron las principales tierras de cultivo de la capital hasta los años 50 y 60 donde vivieron una fuerte urbanización de aluvión de emigrantes del sur de España, especialmente de Castilla La Mancha y Andalucía. Después en los años 90 llegó una segunda oleada de inmigrantes, especialmente de América Latina.

Estas dos oleadas conforman la demografía local y también su gastronomía. Es fácil encontrar bares de toda la vida, de los de menú del día barato, con cocina manchega, andaluza o gallega junto a restaurantes ecuatorianos, peruanos y colombianos donde poder disfrutar de un ceviche o de un hornado. Incluso en las plazas más concurridas hay vendedores ambulantes de humitas que se unen a las casetas de churros de toda la vida.

El restaurante Por fin, situado junto a la Plaza de Oporto, es un extraño caso. Es un bar de los de toda la vida pero nuevo y reformado. Hace casi un año los nuevos dueños lo reformaron y lo reabrieron con ese extraño nombre. El bar está decorado con fotografías antiguas de Madrid en blanco y negro de las típicas y tópicas: la Puerta del Sol, la Fuente de Cibeles, la Puerta de Alcalá. El restaurante está lleno siempre por su precio barato. El desayuno cuesta 2 euros con café, bollería y zumo de naranja (de cartón, no recién exprimido, servido con jarra) y el menú del día a mediodía cuesta 7 euros. Por la noche no da menús y no suele tener mucha gente, porque su carta de bocadillos y raciones no es muy variada.

El miércoles es el día estrella porque hacen cocido madrileño y la verdad es que es maravilloso. Con absolutamente todo. Primero sopa de cocido, de segundo cocido completo, postre, pan y vino con gaseosa.

Cocido madrileño

La sopa humeante la sirven junto a un platito de guindillas para acompañar. El segundo lleva de todo lo que lleva: garbanzos, patata, col, zanahoria, tocino, chorizo, morcilla, pollo y puntas de jamón. Todo servido por la camarera de los ojos azules en dos vuelcos y no en tres. Es decir las verduras y la carne van en el mismo plato. De postre suele haber fruta, yogur y un pastel de naranja que hacen casero tipo brazo de gitano que no está nada mal.

Consejo Embidioso: Espera al miércoles. Merece la pena, con un cocido la semana pasa mejor mientras nos buscamos los garbanzos.

Valoración: La cantidad-precio es impresionante y es por ello que bien se merece dos limas. Un plato como el cocido necesita el cariño que en este tipo de bares, de periferia y clientela habitual, siempre tiene.

Por Fin: calle General Ricardos 143, Carabanchel, Madrid <M> Oporto

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Caracoles y Espárragos. Entre la campiña y la Sierra Sur Sevillana

Que cada vez que voy a Andalucía se me notan mis raíces es evidente por cómo siento la tierra, pero es que hay lugares que merecen la pena conocer y os lo tengo que contar. Aunque mi “socia limonera” me diga que no exagere en la expresión, lo siento, aquí va el relato de otro de mis viajes al sur.

Andalucía en Semana Santa es un espectáculo, y no creáis que solo por lo evidente, la devoción del pueblo a sus vírgenes y sus santos, sino porque es el comienzo de la primavera, después de haber llovido durante el invierno y comienzan a florecer los azahares y limoneros ya tienen limones, como los que os muestro en la foto.

A mitad de camino de Sevilla hacia la Sierra de Grazalema, está la Sierra Sur, casi lindando con la provincia gaditana. En la cercanía están los pueblos de Montellano, Coripe, Morón y El Coronil de lado sevillano y Puerto Serrano del lado de Cádiz. Hay lugares donde cualquiera que haga turismo sostenible de montaña o bicicleta debería de ir, como la Vía Verde de la Sierra (con unos alojamientos muy interesantes en las antiguas estaciones de Coripe y Puerto Serrano)

Vamos a la gastronomía. En Montellano en esta época hay que comer Caracoles y Espárragos, amargos como la hierba verde que lo rodea, ambos con buen aceite de la zona. Podéis encontrarlos en casi cualquier bar (los espárragos en revuelto con jamón en el “Huertas”, por ejemplo, los caracoles prácticamente en todos) Y hay que comer platos que lleven cerdo ibérico – especialidades a la brasa- , carne de ternera – alimentada de buenos pastos – y queso de cabra. El bar «Tarufo» tiene un montón de tapas donde elegir. Si me apuráis, es posible incluso algunos fritos de pescado, que por su cercanía a la costa (a unos 100km de Sanlúcar) son frescos y es un contraste acertado.

 

Id de tapas, probad lo que os ofrezcan de especialidad de la casa, comeros un potaje en la Venta del mismo nombre (Venta El Potaje) Dormid la siesta, que también es santa. Os gastaréis de 10 a 15 euros por persona, y en dos o tres cenas habréis probado una muestra de los productos de la tierra. Y por favor, desayunar molletes con manteca colorá que la jornada de caminata debe ser larga y es una especialidad única. En Morón no olvidéis unas “cabrillas” en la Peña Flamenca.

Merece la pena, por los paisajes de sierra entre olivos, las caminatas, las fotos que podréis hacer del trigo en invierno y de los girasoles en verano (Castillo de las Aguzaderas En el Coronil) y sobre todo por poder comer muchas tapas o raciones, a un precio asequible, fuera del bullicio de Sevilla y a una hora de la playa. Dos limas (sobre tres posibles) para esta zona gastronómica de Andalucía si lo que se busca es sencillez y productos autóctonos.

Desde Sevilla, dirección a Utrera por la A-376 y después continuando la A-375  llegaréis a El CoronilMontellano y Puerto Serrano. Ver Mapa