La semana pasada apareció un mensajero por casa, traía una caja de folios requetenvuelta en cinta de embalar. No tenía ni idea de qué podía contener, ni siquiera de quién lo podía enviar… Tanto bite y afterbite está muy bien, pero hay pocas cosas que molen más en estos tiempos que recibir un buen paquete al estilo clásico.
Lo cierto es que si ya estaba contenta, mi cara al ver lo que había dentro debió ser un espectáculo… El paquete venía de Navarra y nuestro amigo nos mandaba lo mejor de su tierra: espárragos blancos, txistorra y queso idiazabal. Además en formato previsor, envasado al vacío… Como si no conociera a las limas que iba destinadas.
Si los paquetes son guays, los paquetes con comida son lo mejor del mundo… Preguntadle a quien hizo la mili qué sentía cuando su madre le mandaba los chorizos o a quienes se fueron del país y temían que el paquete no pasase la frontera y se lo zampasen los de aduanas.
Pero vayamos al tema que nos perdemos contando batallitas… los espárragos blancos frescos son una pasada, cocerlos tiene un punto de engorro y lograr el equilibrio perfecto entre sal y azúcar puede rozar el malabarismo pero en el primer mordisco todos los problemas se olvidan. Estamos ya a finales de temporada, según los entendidos, el mejor tiempo para comerlos va de marzo a abril aunque con este año de locos todo se ha trastocado. Son bichos curiosos, se empiezan a recoger a las 6 de la mañana, para que de tiempo a envasarlos en el mismo día y no pierdan el agua, supongo que secos no habrá quien se los coma.
El queso Idiazabal es otra pequeña joya, se produce en Euskadi y en Navarra con la leche de unas ovejas un tanto peculiares, las latxas. Cuentan que este queso es todo tradición, fijaos si lo tienen conseguido que llevan la friolera de 8.000 años haciéndolo. Como todo queso tienen mogollón de cosas buenas obvias, el calcio para los huesos, etc, etc, etc, pero este tiene algo especial, tiene propiedades anticaries, los ratones navarros deben tener los mejores dientes del mundo.
Cada zona tiene sus tesoros, la mejor cecina está en León, no hay mojama como la de Barbate, las anchoas son de Santoña… Pero es verdad que hay zonas que destacan y si hay una que compite por las tres limas, esa es Navarra.
Eskerrik asko Oier y Joanna!!