De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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VICTORIA… Comida china con un toque (Madrid)

Hace unos meses hablábamos del WEI, un chino diferente , hoy nos movemos de nuestros barrios habituales y nos vamos al lugar donde San Blás pierde su buen nombre y empieza al barrio de las Rosas a probar uno de los chinos más famosos de mi trabajo. Uno de esos lugares que de tanto hablar bien de ellos se han ido extendiendo y han acabado siendo un punto de reunión, incluso, los domingos.

Aprovechando que era uno de esos pocos días sin prisa, nos hemos escapado para comprobar si su fama es merecida. Fuimos en coche, pero la verdad es que la línea 2 de metro te deja en la puerta y desde Sol no se tardan más de 25 minutos.

Es un chino diferente, olvidaos de los leones de metal y los farolillos rojos colgados en la puerta. Parece ser que han abierto varios, este es el primero, un local enorme (que se llena), decorado de una forma muy sencilla y bastante elegante, con cuadros de flores en las paredes, caminos de mesa y un montón de ventanales que le dan muchísima luz. Los camareros son super atentos y la dueña es un sol de mujer que corretea entre las mesas reconociendo y saludando a los clientes habituales.

Dispuestos a probar todo lo probable elegimos dos menús (uno A de 7,95€ y uno B de 10,50€) cada uno de ellos son cuatro platos a elegir, bebida y postre… la variedad hace que te puedas volver loco, pero también que puedas escapar del clásico de los tallarines, el arroz frito y el rollito de primavera.

En todo caso, caer en la tentación del rollo de primavera no es mala idea, es el primero que como al que se le nota el repollo y la carne. Las bolsitas de queso y cangrejo estaban muy buenas, aunque la masa era frita no estaban aceitosas y la crema de queso fundido le daba un toque sorprendente, por desgracia y aunque tampoco esperábamos nada diferente… lo que llamaban cangrejo eran palitos. Para rematar el menú A, pedimos arroz frito para acompañar un pollo agridulce que no defraudó, pese al rebozado en forma de caparazón que llevan estos platos, el pollo era pechuga y la salsa estaba buenísima.

Del menú B pedimos la ensalada de espinacas, que nos sorprendió mucho, las hojas estaban crujientes (era como si les hubieran dado un susto en una freidora) y la salsa le daba un toque acido y dulce a la vez. El californian maki estaba bien hecho, aunque era lo que era… arroz con palitos de cangrejo y aguacate. Las empanadillas vietnamitas nos encantaron, suponemos que estaban rellenas de cerdo (aquí no era como en el rollito) y mojadas en soja ganaban mucho… y por último, aunque ya no podíamos con nada más, láminas crujientes de buey con salsa de naranja, qué rico! y qué pena no haber llegado con un poco más de hambre para disfrutarlo más.

Del helado de limón no nos salvo nadie, y ayudó a desengrasar la comida, que aunque nos encantó abusaba bastante de los fritos… Definitivamente la fama es merecida, es un chino que vale mucho la pena, donde en ningún momento dudas que lo que tenga en el plato sea rata (mayor miedo, a veces oculto otras publico, de quienes rechazan la comida china), por todo ello, se merece una lima y media.

VICTORIA: Avda. de Guadalajara, 36. Las Rosas, Madrid.


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GANCHO&DIRECTO… hamburguesas gourmet en Pozuelo

Estamos acostumbrados a que cuando alguien habla de hamburguesas en nuestra mente aparezca el demonio de…  “comida basura”, pero esta realidad está cambiando y me gusta. Las modas, a veces, traen cosas buenas, ahora hay muchos restaurantes en Madrid que apuestan por una hamburguesa de calidad, con más calorías que un plato normal sí, pero con buenos ingredientes.

Hoy, en nuestra critica cítrica, vamos a una hamburguesería de las buenas, a Gancho y Directo, porque de vez en cuando, saborear una buena hamburguesa, con ingredientes de primera calidad y disfrutar, no esta reñido con llevar una dieta saludable y equilibrada y, aunque lo esté, también nos merecemos un capricho.

Este pequeño restaurante esta situado en el Centro Comercial El Zoco de Pozuelo, en frente de la zona empresarial “La Finca”, en Pozuelo de Alarcón. A medio día tienen un menú que incluye hamburguesa o perrito, ensalada o patatas, bebida, postre y café por 10,50€.

En la carta tienen un montón de hamburguesas diferentes y en todas puedes elegir desde el de tipo de carne (cebón, buey, pollo o cerdo), la cantidad  (150 o 250 gr) hasta el tipo de pan (mollete, rústico, clásico y uno para celiacos) y por supuesto los acompañamientos.

En otras ocasiones he probado algunas de sus hamburguesas como la “… y directo con carne de buey a la parrilla, cebolla, tomate raf y queso manchego o los días que quiero algo más ligero he pedido alguna de pollo como “la granjera” que viene con rúcula, aguacate, nueces y salsa tártara pero, sin duda, mi preferida es “La Gancho” y es la que elijo nuevamente hoy para cenar. Con carne de cebón de ternera, foie y trufa negra, suena a lo que es, una delicatessen en cada mordisco.
La Gancho de 150gr cuesta 8,90€, que para lo que tenemos en mente como hamburguesa es un poco cara, pero si queremos calidad también es verdad, hay que pagarlo.

En todo el centro comercial hay wifi, y esta gente ha sabido integrarse a las redes sociales. Como llegamos antes de las 21h, si haces check-in en Foursquare descubres promociones y te regalan el postre, así que, sin más remedio… tuvimos que elegir un brownie con bola de helado, para dar un broche redondo a la cena.

En resumen, le damos 2 limas a un restaurante que, pese a estar en un Centro Comercial premia la calidad y el buen servicio en realizar, como dicen en su lema, ”posiblemente, las mejores hamburguesas del mundo”.

Gancho y Directo . Centro Comercial Zoco de Pozuelo. C/ Barlovento, 1. Planta Baja. Local 148. Pozuelo de Alarcón, Madrid,

www.ganchoydirecto.com


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LAVAPIÉS… el paraíso madrileño de la comida india

Hablar de comida india en Madrid, es hablar de Lavapiés. No exageramos si decimos que debe de ser uno de los lugares de Europa con más restaurantes de este tipo por metro cuadrado, de hecho, hay tantos y está todo tan bueno que lo mejor es escribir sobre la zona y no sobre un sitio en concreto. Es cierto que todos los asiduos tienen uno favorito… supongo que es como cuando te mudas a una nueva ciudad con dos equipos de fútbol y algo en el ambiente te obliga a elegir.

Comida india

Vivir en la zona tiene sus sus curiosidades… como que los cajeros huelan a curry, te repitan la palabra vecina como papagayos o se pongan celosos cuando no vas a su restaurante pero, por suerte eso no os va a pasar… Lo que os encontraréis serán unos fantásticos menús del día por poco más de 7 euros que podréis comer en una terraza la mar de agradable… o la opción de comer a la carta por menos de 10€.

Para quienes no estén familiarizados con la comida india y tengan miedo a probarla… que lo pierdan, aunque los colores tan intensos asusten un poco y la comida sea bastante especiada es una experiencia que realmente vale la pena. Los platos son variados pero hay unos básicos que hay que probar… En primer lugar, las samosas (preferiblemente de pollo) son una especie de empanadillas triangulares, las hacen vegetales pero el relleno suele ser preparado congelado de ensaladilla con curry y no le termino de coger el punto. Otra opción imprescindible son las pakoras, un amasijo de verduras fritas con harina de garbanzo crujientes y supersabrosas.

De segundos mi favorito con diferencia es el Chana Masala, una especie de guisote de garbanzos que mezclado con el arroz basmati está de muerte! El pollo masala no se queda atrás… Generalmente son comidas con salsa que sirven en cazuelitas.. salvo el Tandoori que es una receta espectacular que debe llegar humeando a la mesa como si acabase de salir de un volcán.

No podéis iros sin probar un nan (que es su pan) lo hacen solo y relleno de queso o frutos secos, todos ellos están buenísimos y son perfectos para mojar y remojar en las salsas. Y ya que estamos.. o mientras se come (como hacen en el norte de Europa) o de postre un Mango Lacchi… yogur batido frío con mango. Delicioso!

Todos los años, por el mes de junio montan BollyMadrid, un festival de Bollywood muy interesante con una propuesta gastronómica para no perderse. Se hace una feria en la plaza de Lavapiés donde los restaurantes montan chiringuitos y venden especialidades por 1Euro. Una excusa perfecta para probar un montón de delicias de la india por muy poco dinero.

En definitiva, una comida diferente, rica, en el centro de Madrid y muy económica es una apuesta que se merece las dos limas y una recomendación… mejor para comer que para cenar, es más, para comer y luego no cenar.

Calle de Lavapiés. Madrid.


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LAS PALMERAS… comida boliviana en el sur de Madrid.

«La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen. Mientras, en los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas.» Evo Morales, 2010, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

Hoy vamos a hablar de comida boliviana y muy barata. Hemos ido a comer al barrio de Usera, uno de los barrios más humildes de Madrid. Usera se encuentra en el sur de Madrid y es uno de los distritos con mayor porcentaje de ciudadanos extranjeros, en su mayoría chinos, tal es así, que hay más de una docena de restaurantes chinos en su calle principal Marcelo Usera e incluso hay varias cafeterías de Bubble Tea, la bebida de moda entre sus jóvenes.

El restaurante que hoy visitamos, Las Palmeras, pertenece a otra nacionalidad con gran presencia en Usera, la boliviana y sí, coincide el nombre con el restaurante marroquí del otro día. Lo primero que llama la atención es el montón de gente que hay siempre en la calle Amparo Usera llena venta de ropa y comida ambulante, además, está cerca de la zona de recogida de pistoleros. Lo segundo, el montón de gente que hay dentro del restaurante y ningún español.

El restaurante está dividido en dos partes: bar y comedor, y como en muchos de los restaurantes de Latinoamérica se paga antes. Uno dice que quiere comer menú, la doña lo escribe en un ticket, se paga y pasas al comedor y te sirven. Aire acondicionado a tope y bachata en el hilo musical. Otra cosa curiosa es que no hay carta, lo que hay son unos cuantos anuncios en la pared con los platos que se hacen cada día y los platos del menú en la pizarra de la entrada. Casi todos los menús populares de los países andinos (Bolivia, Perú y Ecuador) consisten siempre en una sopa de primero y un plato principal de carne de pollo o chancho (cerdo) con mucho arroz. Aquí no fue una excepción.

Escogí la sopa de maní (sopa calentita en pleno mes de Julio madrileño) y el pollo broaster de segundo. La bebida va incluida pero generalmente es un jugo (zumo) y no se puede escoger, cuando me senté me lo trajeron, junto a la tradicional bandeja de salsa picante, y pensé que era té frío, pero no, era jugo de canela frío. El jugo es agua hervida con canela, colada, con azúcar y a temperatura helada, muy refrescante y fácil de hacer.

La sopa de maní no estaba mal, aunque la temperatura exterior no invitara a tanto. Un generoso tazón de sopa con: patata cocida, patata frita, caracolas de pasta, cilantro y pan para mojar. Hidratos con más hidratos. De sabor muy aceptable, pero no apto para personas que pretendan adelgazar.

El pollo broaster era el pollo con peor pinta que he visto en mi vida. De sabor no estaba mal, aunque algo frío, pero había poco pollo y mucho arroz y ensaladilla rusa (en serio) de guarnición. Postre ni hablar.

Durante la comida, varias veces te interrumpen vendedores ambulantes de camisetas piratas de equipos de fútbol, gafas de sol, películas y hasta un honorable ciudadano me ha intentado vender una blackberry recién sustraída de un bolsillo ajeno.

Y aquí va lo importante del asunto. ¿Cómo es posible que este restaurante con este menú estuviera lleno hasta la bandera? Pues porque el precio del menú del día: primero, segundo, pan y bebida costaba sólo 5 euros.

Le otorgo a este restaurante dos limones, salvo que tus ingresos familiares estén por debajo del SMI o eches de menos la auténtica comida de la periferia de La Paz, Lima o Guayaquil, como es mi caso, lo que lo convierte en un lugar de  una lima.

Consejo Embidioso: No traigas nunca a una cita a este restaurante sin asegurarte que haya leído antes esta crónica. Aquí las sorpresas no tienen por qué ser positivas.


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MAIIA THAI… lo segundo mejor de Tailandia, en Madrid.

En De Lima a Limón seguimos por nuestra ruta de restaurantes exóticos… no es que creamos que un buen filete con patatas no pueda ser un manjar, o que dentro de nuestras misiones no esté el encontrar la mejor ensaladilla rusa del mundo… o la segunda mejor tortilla de patata (siento deciros que la primera siempre está cogida por nuestra madre y contra eso no se puede competir) pero es verdad, que esto de viajar sin salir de tu ciudad tiene su punto.

Hoy nos vamos hasta Tailandia,  sin salir del pleno centro de Madrid y llegamos al Maiia Thai, un lugar que sólo se puede pronunciar bien si tienes una bola de chicle enorme en la boca. Un restaurante con dos plantas, la baja muy chiquitina y la alta no mucho más grande, acogedor y modernillo.

Los mediodías de entre semana tienen menú, por algo más de 10 euros es una opción más que recomendable, con primero (donde siempre hay sopas, y los tailandeses… de sopas saben mucho), segundo, bebida y postre. Nosotras fuimos a picar algo de noche y aunque la cuenta subió a unos 17€ por persona calidad precio es perfecto.

Pedimos para picotear unos rollitos de pollo que venían con una salsa un tanto picantilla, no dejaban de ser una versión más del manido rollito de primavera así que no merecen más historia… lo mejor vino después. Las verduras salteadas con jengibre y sésamo estaban deliciosas, las gambas en salsa de coco con hierba tailandesa eran espectaculares, no había arroz suficiente en el mundo para mojar aquella salsa y el plural de la palabra gamba no era exagerado. Para rematar la faena probamos el pollo con anacardos, que tenía un punto medio caramelizado, garrapiñado más bien (hay que tener mucho cuidado en los tiempos que corren que uno lee caramelizado e inmediatamente piensa en la cebolla requetepochada que pega con todo) en cualquier caso, buenísimo.

Hablaba antes de lo especialistas que son los tailandeses con esto de las sopas, el tema es que con las salsas no se quedan atrás, la mezcla de la leche de coco, la lima y lo que quiera que le echan es fascinante.

De postre probamos la tarta de chocolate negro con sorbete de mango.. no era especialmente tailandés pero… como dice el señor ese «ya tu sabe». Me quedaron unas ganas inmensas de probar el arroz negro tibio con helado de coco, pero nos pareció mucho coco para un día.

Resumiendo, por desgracia todos desearíamos comer lo mismo sentados en una terraza de la costa tailandesa, con esos barcos tan peliculeros y ese agua tan calentita, pero por desgracia, no todo puede ser en esta vida. Mientras esperamos a que ese día llegue el Maiia Thai no es un mal remedio, la comida es deliciosa, el precio es más que razonable y el lugar no está nada mal. Así que ahí van nuestras dos limas.

MAIIA THAI: Princesa 13, Madrid

http://maiiathai.es/


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LA NEGRA TOMASA… Cuba en Madrid.

Dice la canción de Antonio Burgos que que «La Habana es Cadiz con más negritos y Cadiz, la habana con más salero«. Hoy cambiamos totalmente de registro, nos ponemos una falda con enaguas y viajamos, directamente hasta Cuba pasando por la calle Cádiz.

Muy cerquita de Sol, se esconde un pequeño Malecón, un lugar donde la comida está buenísima (nada que ver con el arroz a la emancipada ensolisado que en España llamamos a la «cubana»), donde por el día tienen menú y cada noche hay una fiesta. Un local lleno de fotos que consiguen que te olvides por un ratito de que sigues en España.

Hay un método infalible para saber si un restaurante de comida internacional conserva su esencia… Es medir el número de locales que pasan por allí habitualmente. Y, además de los camareros, el público tiene acento cubano. En los restaurantes chinos esta técnica es todavía más infable… lo cual me recuerda que un día tenemos que visitar el Chino de Plaza de España de Madrid pero eso será en otro capítulo.

Los platos rondan los 12€ y son formato combinado (no la versión huevos con croqueta mala y sucedáneo de lomo) sino una mezcla perfecta que te permite probar varias cosas diferentes, Si lo de mezclar no es lo tuyo o sientes debilidad por algo en concreto siempre puedes pedir raciones… El menú cuesta 9,50€ e incluye uno de esos platazos a elegir entre 5 diferentes, postre y bebida.

Había opciones con pescado e incluso con lechón asado. Nosotros elegimos un Habana Vieja que traía una ropa vieja deliciosa, arroz negro congrí (negro con frijoles), plátano frito en chips (chicharritas) y ensalada y Habanero con picadillo, huevo frito, arroz blanco y tostones , un poco menos rico pero delicioso en todo caso.

De postre había natillas de chocolate y de crema (que aunque aparentaban blancuchas, tenían un toque de ron y estaban bien ricas) y coco con crema de queso delicioso! No todo el mundo es fan del coco, pero si te gusta… Es mejor no perdérselo.

La opción de la noche es más que recomendable. Los mojitos son de concurso y el ambiente es muy muy divertido. La comida es diferente, rica y sin extravagancias. La camarera es una ricura y encima es económico. Se ganan la lima y media y un azucar!

http://www.lanegratomasa.com/

LA NEGRA TOMASA: C/ Espoz y Mina esquina Cádiz, Madrid


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IKURA… Japan Restaurant week Madrid

La semana pasada y dentro de las jornadas “Japan Restaurant Week» de las que se hizo eco hasta el Comidista , en la que ciertos restaurantes japoneses ofrecen menús degustación a precios razonables, nos animamos a disfrutar de un buen menú con el que deleitar a los sentidos de la siempre sorprendente comida japonesa.

Decidimos repetir en uno de mis restaurantes favoritos, de esos que como decimos siempre: “no son para todos los días, pero de vez en cuando hay que quererse un poco” y merece mucho la pena. Se trata del Ikura un sitio que ahora en verano es aún más apetecible por la amplia terraza que tienen en la puerta del local, que amplía el pequeño restaurante.

Elegimos el menú que tenían preparado dentro de las jornadas, con aperitivo, entrante, segundo y postre por 25€ por persona, aunque no estaban incluidas ni las bebidas ni el IVA, cosa que nos advirtió el camarero antes de pedir pero que tampoco subió demasiado la cuenta (unos 28€).

Empezamos con los aperitivos de Edamame (semillas de soja tiernas) y la Ensalada de Algas Wakame sin mucha emoción pero, al llegar a los entrantes y segundos, la explosión de sabores y texturas de los diferentes tipos de sushi nos cautivó. El Nigiri de Foie con Mango Caramelizado estaba tan espectacular como su nombre, el Gunkan y los Hosomakis eran sorprendentes por sus diferentes contrastes en cada bocado.

De los segundos, si me tuviera que quedar con alguno de los Uramakis, sería, sin dudarlo, con el de tartar de pez mantequilla con trufa, aunque los de anguila con crujiente, el de tartar de toro tostado y el Futomaki de salmón crujiente tampoco nos dejaron indiferentes.

Y para rematar una cena tan especial, mezclamos los 2 postres que traía el menú combinando la frescura cítrica del Helado de Té Verde con el denso, esponjoso y cremoso fondant de Chocolate.

Sinceramente, yo siempre que he buscado un restaurante japonés, he tratado de encontrar el equilibrio entre calidad y precio y el Ikura lo tiene. Aunque en esta visita si hay que poner algún “pero”, aunque sea pequeñito, fue que el arroz no nos pareció tan exquisito como en anteriores ocasiones (que no malo).

En resumen, una cena especial, con sabores sorprendentes, no cotidianos y que para mí son delicatessen se merecen una lima y media.


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LUME DE CAROZO… un punto diferente en el Casco Vello (Vigo)

En De Lima a Limón seguimos con nuestra saga casi semanal de visitas al Casco Vello de Vigo. Esta vez aparecemos en el Lume de Carozo un lugar rehabilitado, con paredes de piedra y un techo tan alto que dio para poner unas escaleritas y crear un piso arriba.

La comida que ofrecen es una mezcla, entre tradicional de toda la vida (el raxo) y la cocina creativa de fusión, algo que, por suerte, va más allá de rociar el plato con reducción de vinagre de módena. Es un sitio perfecto para un picoteo en grupo, las raciones son abundantes, te da opción a probar muchas más cosas y la cuenta sale muy económica. Pero hoy probamos el menú.

El menú cuesta 9,50€, de lunes a jueves son dos primeros y dos segundos, los viernes es especial.. hacen un menú maridaje de cuatro platos con sus respectivos cuatro vinos donde la calidad de la comida baja un poco con respecto al resto de la semana pero no por ello deja de ser un plan perfecto para un viernes.

Juanjo, el dueño podría haber sido el protagonista de Shakespeare in love, es un tipo encantador, un pelín despistado pero de esos que pese a que el local lleva abierto poco tiempo tiene controlada a toda la clientela. Cuando te habla de los vinos se nota que le gusta.. y eso nos gusta. Por eso es mejor ponerse en la parte de abajo, aunque las mesas altas sean más incómodas. Por eso y porque a la parte de arriba es mejor ir sin prisa.

Este día había tosta de salmón ahumado, en pan bueno y rica, pero una tosta al fin y al cabo y revuelto de raxo, muy sabroso pero un pelín frío. Y de segundo, alitas de pollo con patatas, sabrosas, picantitas pero faltaba al menos una en el plato para ser una ración y solomillo Mr. Corn con ensalada y salsa de curry, que tenía un punto diferente y estaba muy muy rico.

De postre había una tarta de chocolate blanco con frutos rojos y fresas (tres) con chocolate. Las tartas del menú siempre son caseras y sorprendentes.. no siempre están deliciosas, pero hay que reconocerles el mérito de probar miles de recetas.

No les perdonaré nunca que sacaran de la carta los tacos de ternera deshebrada, eran sin duda lo más cítrico y mejor que tenían. Es cierto que creo que han bajado un poquito la calidad, pero aún con todo sigue siendo uno de mis sitios favoritos. Una apuesta que se merece la lima y media.

LUME DE CAROZO: Joaquín Yañez, 5 Vigo

http://www.lumedecarozo.com/


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NON SOLO CAFFE…un italiano de primera (Madrid)

Hace un tiempecillo hablábamos de Il Pastaio y la particular pequeña Italia que se esconde en Chamberí… hoy volvemos subiendo un poco el nivel (y también el precio) y nos metemos de lleno en el Nonsolocaffe.

He estado dos veces en este sitio, una cenando y otra probando su menú del día y no me arrepiento de ninguna de las dos… las   (o lo que viene siendo comer a la carta) rondan los 30 euros por persona y el menú se acerca a los 15€. Lo que decimos siempre, no, no es para todos los días, pero de vez en cuando hay que quererse un poco y este es un sitio que realmente vale la pena.

El sitio está muy chulo, sin ser inmenso se adapta a todos los ambientes que quieras, hay terraza, mesas altas y mesas bajas, ellos lo definen como: Il lounge-bar, Il corridoio, Il salottino y la Terrazza. No sólo es un restaurante, organizan eventos, «after works«, tienen mil promociones y todo suficientemente bien gestionado como para no dar la impresión de que es un mercadillo.

Suelen tener especialidades fuera de carta y y el día que cenamos me hicieron feliz.. tenían Burrata, (una delicia escasa porque sólo se conserva durante un par de días). y aquí va un consejo… si alguna vez tenéis oportunidad de probarla, por favor, no digáis que no, os garantizo que no hay nada comparable. Yo la probé por primera vez en Casa Marco y no miento si digo que me tiré tres semanas pensando en ella.

Además probamos los tagliatelle mar e monti, con gamberoni, porcini e funghi di bosco,  que estaban increíblemente buenos y los Ravioli di Capesante e Gamberi saltati in padella e scalogno «bisque» con gamberoni flambé al brandy riserva. (14,90€) que eran para desmayarse aunque el hecho de que fueran cuatro (en sentido literal) le restaba puntos al plato. Los nombres de los platos, como os habréis dado cuenta, tienen todos algo en común, son sencillos, cortos y fáciles de recordar… Maremía.

En el menú comimos de primero Zuchinni alla parmigiana, una especie de lasaña de calabacín, tomate y mozzarela delicioso, y de segundo unos gnocchetti cuatro fromagio y unos tagliatelle con gambas vino y rúcula, el título de 4 quesos me espanta bastante pero he de confesar que eran los mejores cuatro quesos que he probado en mi vida, supongo que hasta el ketchup se puede hacer bueno. Los tagliatelle estaban de carta.

Los postres están buenos… el tiramisú es rico, la macedonia de frutas naturales está bien y la panna cotta es defendible. Pero lo mejor que tienen, como buenos italianos, es el café. Quizá por eso a media mañana medio Nuevos Ministerios asoma la cabeza por allí.

Resumiendo, un dos limas de libro. Buen sitio, muy buen ambiente, comida deliciosa (aunque algún plato algo escaso), camareros encantadores que te explican la región de Italia a la que pertenece el plato que has pedido y platos que se salen del clásico italiano. Un italiano de primera al que volver.

NON SOLO CAFFE: Rios Rosas, 52 Madrid

http://www.nonsolocaffe.es/index.htm


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GAUDEAMUS… un restaurante en una iglesia del XVIII (Madrid)

Llevaba demasiado tiempo con ganas de comer en el Gaudeamus de Escuelas Pías en el barrio de Lavapiés y, por fin, llegó el momento. La verdad es que el sitio, tal y como parecía merece la pena, las vistas son maravillosas, el local es una obra de arte y la comida es sorprendente.

Escuelas Pías en su día fue una iglesia y un colegio que de tan exitoso que era se acabó quedando pequeño, tras eso vinieron los malos tiempo, las ruinas, los ocupas… y la UNED y el milagro de la rehabilitación. Recuerdo que cuando llegué a Madrid sólo podías acceder si eras alumno o ibas con un alumno… o le echabas mucha cara y el conserje estaba despistado. Por suerte, ahora lo han abierto al público general  y todos podemos disfrutar de esta maravilla 🙂

Tienen un menú del día que cuesta 12,80€ (un poquito menos si eres alumno) puedes elegir entre tres primeros y tres segundos y hay que reconocerles que tienen una imaginación desmedida, los platos varían muchísimo y las cosas siempre tienen muy buena pinta. Mucho vegetal, comida sana y muchos platos donde aparece la fruta como artista invitado.

En verano, por definición se come en la terraza, no hay dudas, ni extras, ni sobreprecios y eso es un punto para ellos. Los limoneros son de exteriores. Como punto malo… se han rendido a la plaga de la Cocacola de chupito (20 cl), si necesitan subir un poco el precio, que lo dejen en 13€ pero que no nos maten de sed.

Al tema, de menú. De primero había ensalada de verano (que tenía toda la cara de una ensalada mixta un poco xeitosa), calabacines y berenjenas… que eran unos bastones gigantescos en «tempura» que no debían estar muy allá porque marchaban de vuelta en los platos y tomates rellenos de verduritas, nos los recomendó el camarero y nos encantaron, era un tomate relleno de una ensalada picadita, con cilantro y zumo de lima. Muy cítrico y muy muy rico.

De segundo había albóndigas con calabaza, salmón a la plancha con verduritas y salsa de maracuyá que venía servido con unos fideos de arroz y hacían una mezcla deliciosa y rissoto de verduritas (sic) que pintaba fenomenal.. pero que tanta zanahoria lo estropeó, era bastante más dulce que las fresas con yogur que pedimos de postre.

La verdad es que el sitio vale muchísimo la pena, en el menú siempre hay platos realmente ricos y sorprendentes, el precio del menú es asumible y aunque la comida no es perfecta, la lima y media se la ganan.

GAUDEAMUS: Calle Tribulete, 14 Madrid.

http://www.gaucafe.com/#!gaucafe/c1sln