De Lima a Limón

Crítica – cítrica


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Cinco chinos limoneros.

Seguimos con la ronda recopilatoria de entradas… Hoy os hacemos una lista de los mejores restaurantes chinos que hemos visitado, desde los chinos chinos a los orientales en sentido amplio. Los mejores dumplings, los mejores rollitos, los mejores tallarines… en definitiva, un mundo limonero de ojos rasgados.

El puesto de honor se lo lleva el DON LAY… Uno de los chinos, chinos más chinos de Madrid. Famoso por sus dumplings caseros, por haber tenido medusa en la carta y por cocinar desde hace un montón de años Alta Cocina Cantonesa. Tienen carta, al medio día buffet libre y siempre menú degustación por 20€. Es recomendable ir en grupo, sentarse en una de sus mesas redondas giratorias y probar toda la carta.  Dos Limas que se llevaron.

Paseo de Extremadura, 30. Madrid.

Don Lay Madrid

El segundo puesto es para EL CHINO DE PLAZA DE ESPAÑA… Otro chino, chino, escondido en un parking junto a la caseta del vigilante. Suena poco apetecible pero es delicioso. Eso sí, muy muy cutre. Su punto fuerte son las sopas y los tallarines, las verduras con las que los preparan marcan la diferencia. La verdad es que los dumplings no se quedan atrás. Una lima y media y la recomendación de coger la comida y llevártela, en los jardines de Plaza de España las cosas saben el doble de ricas.

Parking de plaza de España, Madrid.

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El tercer puesto es para LUOS… y su menú de 11 euros  que en su día le valieron las dos limas y media de Julio Embid.  Esta vez la comida es oriental fusionera, desde una tempura de berenjenas a un buey con verduras y curry. Los nombres suenan a más de lo mismo pero hacen cosas como echarle piñones al arroz… «ya tú sabes».

c/ Andrés Mellado, 5. Madrid.

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El cuarto lugar lo comparten dos restaurantes con lima y media, el WEI en Las Tablas y el VICTORIA en Las Rosas. Ambos son restaurantes modernillos con comida china occidentalizada y bien cocinada. La parte del wok en el Wei la tienen muy dominada y el buey en salsa de naranja del Victoria es para no perdérselo. Ricos y fiables, si os pillan por la zona hacedles una visita.

WEI Calle de San Julián del Camino, 7 (Las Tablas) Madrid y VICTORIA: Avda. de Guadalajara, 36. Las Rosas, Madrid.

El quinto lugar se lo queda el BISHOKU, otro restaurante fusionero por la zona de Guzman el Bueno. Los primeros de fritanga (rollitos y wantones) no son nada del otro mundo pero los segundos son muy ricos, el curry de gambas (con su colita con cáscara y todo) especialmente. Un menú económico y diferente en una zona en que la variedad no abunda.

Paseo de San Francisco de Sales, 27,  Madrid

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Una docena de pistas para no acabar en un mal restaurante.

El mundillo gastronómico está lleno de trampas, lugares con aparente buena pinta, precios mucho mejores que la media y promesas de guinnes de los records que pueden acabar nublando nuestro instinto y causándonos más de una indigestión.

Hay quien ha nacido con el don de acertar, esa gente que vaya a donde vaya siempre acaba comiendo supermegabien y por cuatro duros, incluso aunque esté en el paseo marítimo de Benidorm. Otros no han nacido con esa estrella pero, amigos míos, todo se aprende y aunque siempre hay un riesgo de error, hoy os traemos una docena de pistas para no caer en un mal restaurante.

Después de casi un año pateándonos cientos de restaurantes de este bonito país y parte del extranjero con De Lima a Limón alguna buena conclusión teníamos que sacar y lo suyo es compartirla. Aquí están:

1. Huye de restaurantes con vinilos y colores chillones

Sí, sí, eso de colores fluorescentes que se ven desde el otro lado del pueblo, donde la ración de bravas tiene muy buena pinta el día uno y se va poniendo pálida hasta acabar con peor cara que los pollos del Simago.

Escapad de esos restaurantes. Si necesitan anunciarse tanto y tan visiblemente es que algo no va bien. Recordad, que los mejores sitios sobreviven con el mismo cartel de hace cien años y escondidos en las callejuelas más recónditas, por algo será.

2. Escapa de los multimenús

Elige entre 10 primeros y 10 segundos, esto nunca sale bien. Es imposible mantener un menú decente de más de cuatro opciones y ya hay que ser muy rarito para que no te valga ninguna de las que te pueden ofrecer.

En estos sitios te van a pasar dos cosas, la primera es que nunca les va a quedar de lo que pidas, ni aunque sea la una del mediodía, y la segunda es que lo que logres pedir va a venir revenido y recalentado. Por muy barato que sea… sé fuerte, no caigas.

3. No al festival de las ofertas y a los buffets libres

Vale la oferta del día, el menú del día o la especialidad recién traída del mercado pero no hablamos de esos sitios… hablamos de los bares donde ya casi no se ve el cristal de la cantidad de folios que tienen pegados. Donde elegir lo que quieres pedir es más difícil que ir al Telepizza con masas, salsas, ingredientes y complementos.

Si necesitan cubrirte a ofertas es que algo no va bien, o en condiciones normales te timan o es que están muy necesitados. (Ver punto 1)
Los buffets tampoco son buena opción, esos platos donde mezclas arroz, con fritos, con pizza con algo verde porque te sientes mal y, en general, todo es recalentado y nada está rico. Elige un buen menú, no saldrás rodando y todo estará mucho más bueno.

4. Escapa de locales vacíos

Por muy buena pinta que tenga si está vacío y no lo conoces, no entres. Si aún así tienes mucha fe en el local, date un paseo y vuelve media hora más tarde. Si sigue vacío… huye a tu segunda opción.

Nota: si el local tiene gente pero son abuelos jugando la partida y tomando carajillo y no ves restos de comida, no te hagas trampas al solitario, tampoco vale.

5. Alejate de zonas turísticas

La ambición de engañar al turista es algo universal, vayas al país que vayas, siempre hay algún hostelero dispuesto a aprovecharse de la cartera del amante de un día que nunca más va a volver. No piquemos, ahorrarnos este mal trago es muchas veces tan sencillo como cambiar de calle.

6. No te fíes de restaurantes temáticos

Irlandeses en Moratalaz, Gallegos en la Gran Vía o la cocina de la abuela en Castellana. Sí pequeños Sherlocks, algo de esto no encaja. Quizá os perdáis el mejor lacón con grelos de la historia pero lo más probable es que os ahorréis un disgusto.

7. Ni de gastrobares con aspiraciones

Espuma de mar con crujiente de alga y esencia de gamba en un menú de 11 euros tampoco es un buen indicador. Si queremos probar estas cosas mejor ahorramos durante seis meses y un día nos pegamos un homenaje con un menú degustación de un estrella Michelín. Tanta palabrería suele esconder un menú tan flojo como los productos de la teletienda.

8. No tengas piedad de la momia de merluza de la vitrina de la entrada

Clásico restaurante viejuno, con vitrina en la puerta llena de hielo y animales prehistóricos que saludan por el nombre a los viandantes. No tengáis piedad y no seáis benévolos. Esa merluza es el reflejo de todo lo que os vais a encontrar dentro. Palabra de limonero.

9. Si tienen Crujicroques o Paellador también puedes huir

Señal inequívoca, es como una cruz en la puerta. Corchopán recalentado a precio de oro pensado para el turista amor de un día… Ver punto 5.

10. Si Chicote entraría con un Kalashnikof, no entres

El amigo Alberto muchas veces es un poco exagerado en sus reacciones pero si lo piensas suele tener razón… antes de entrar en un restaurante nuevo piensa si te imaginas a Chicote en medio de las mesas con un fusil de asalto. Fíate de tu instinto, si te dice que puede ser así. Sal corriendo antes de que la salmonelosis sea más rápida que tú.

11. Si te persigue un tipo con el menú en la mano aunque sean las 11 de la mañana

Esta es una de esas reglas de tres inversas que nos enseñaban en el instituto… cuanto más me persigas para que entre, menos ganas me quedarán de entrar. Es como los que intentan ligar como si fueran antibióticos de amplio espectro. La desesperación no es buena amiga.

12. Di no a las franquicias, sobre todo si son estaciones de servicio

Y por último, un no rotundo a las franquicias, sobre todo a las de las áreas de servicio con el bocata arrojadizo de jamón y refresco por el inigualable precio de 9,90 euros.

Si aún después de todo no encuentras una opción mejor que un Burrikin o un Vips o te va la marcha… hay una cosa que tienen buena y hay que reconocérsela, estos no defraudan sabes a lo que vas y lo cumplen.

Buen provecho limoneros!

Republicado con permiso de Una Docena.com


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Algo más que comida… cinco restaurantes peculiares.

Ahora que la cebolla caramelizada nos ha invadido, que la «burrata» o su prima lejana aparece en las cartas como setas y que la carne de Kobe no es un secreto ni para el bar Manolo esto de diferenciarse está más complicado que nunca.

Los locales compiten por ser el más «cool«, el más «Kitsch» y el más «vintage«… atraer a hipsters, gastrohunters y demás fauna tiene su intrínguilis. Mi abuela siempre decía aquello de «si es que ya no tienen qué inventar» pero ya sabemos que es mentira, igual que todo puede ir a peor, Oh Señor Murphy ten piedad de nosotros, también sabemos que la capacidad de inventar y reinventar del ser humano es infinita.

Buena prueba de ello son los nuevos restaurantes que están surgiendo en el mundo mundial, incluso algunos de ellas ya han llegado hasta la Capitol City Española. Aquí va una lista de los cinco más peculiares… no están todos los que son pero sí son todos los que están.

Empezamos por los restaurantes en silencioEl primero que se ha dado a conocer está en Nueva York, la zona cero de la mayoría de estos experimentos. Se trata de un restaurante normal que una vez al mes organiza una comida en silencio, por 40 dólares el chef te sirve un menú cerrado de cuatro platos que espera que disfrutes con los cinco sentidos… nada de andar comentando con el compañero de mesa, como mucho… gestos.

La idea se le ocurrió al hombrecillo tras pasar una etapa con unos monjes budistas que tenían voto de silencio. Hay que reconocerle que tienen papeletas para que organicemos allí la próxima comida de navidad, os imagináis una reunión familiar sin gritos entre los cuñados?

Y en la línea del silencio surge este restaurante en Ámsterdam, donde sólo encuentras mesas de uno. Al parecer, la dueña estaba cansada de comer sola en restaurantes y sentirse un bicho raro… eso que los angloparlantes definen como la diferencia entre estar «alone» y sentirse «lonely» y lo solucionó tirando por el camino de en medio, creando un restaurante donde sólo hay mesas individuales.

Aquí comer cuesta 35 euros, y también te dan cuatro platos… lo que no nos queda claro es si está permitido hablar con el de la mesa de al lado. Yo ya me lo imagino, encuentras al amor de tu vida en la mesa de enfrente y nunca podréis hacer eso tan peliculero de volver al restaurante de la primera cita, al menos, no sentándoos en la misma mesa.

Otro de los restaurante peculiares son los nudistas, claro está que habiendo pueblos nudistas, tendría que haber restaurantes. Estos no tienen menú cerrado y los hay de todo tipo, lo único importante es que debes acordarte de llevar un pañuelo de seda para poder sentarte sobre él… la higiene ante todo. Eso y que, por el mismo motivo, los camareros son los únicos que tienen permitido ir vestidos.

Y como restaurantes curiosos tenemos los relacionados con las mascotas… desde los pet friendlys donde Boby es más que bienvenido e incluso recibe una galleta al nivel superior… los restaurantes para perros. El Belly Rub Cafe está en Kinston y fue montado por un veterinario que nunca llegó a ejercer porque después de haber terminado la carrera descubrió que tenía ailurofobia, que en cristiano viene a ser, tener un miedo irracional a los gatos. Muy lógico todo.

Pero lo importante, aquí los perros se sienten como reyes, camareros humanos les sirven e incluso beben en copas, lo mejor de todo es la programación de la tele del restaurante, desde Lassie a Rex pasando por Rin Tin Tin, héroes caninos de primer nivel.

Y rematamos con el nuevo furor japonés, que se extendió a las américas y ha llegado hasta Madrid, las Gatotecas, o los Cat Café. Un lugar donde pagas entrada y tienes derecho a una consumición y a adoptar a un gato un ratito… acariciarlo y darle de comer.

La idea viene de que en japón lo de tener mascotas en casa no es tan sencillo así que crearon estos lugares donde podías compartir un animalillo… Qué queréis que os diga, la idea de esos pobres bichos sobados y cebados a mí, me da que pensar. Todo sea por copar un nicho de mercado… y arañar unos clientes. Mau!

Delima


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Buscando el #Mejor Cocido de Madrid (2ª parte)

Esto de buscar cocidos tiene su complejidad, es uno de esos mundos donde el universo se divide en dos: los cocidos en menú del día y los menús de cocidos. En los primeros la broma ronda los 10 euros (excepto en el Por fin que está en 7) y en los menús de cocido (como en la Taberna de Daniela) donde es difícil que el plato, sólo el plato, baje de 25 euros. Confieso que esa diferencia me duele, es verdad que la materia prima es mejor, que el servicio será más remilgado, que hay más cabezas de toros en las paredes… pero, me cuesta.

Hoy hacemos una entrada conjunta y hablamos de dos sitios de cocido madrileño clásicos: Los Galayos y la Gran Tasca.

Los Galayos está en un lateral de la Plaza Mayor, probablemente, si no fuera porque está dentro de La Ruta del Cocido ( que acabó el 31 de marzo) nunca hubiéramos llegado a él. Ya sabéis lo que pasa con estas ubicaciones tan céntricas, muchas veces no se sabe si suman o restan…

El local es inmenso, con un toque clásico pero sin ser demasiado rancio. Tienen una terraza cubierta con una lona, una barra generosa y un par de salones aún más grandes. Hacerte con la cara de los camareros roza lo imposible, son un montón y están tan bien coordinados que uno se lleva el plato, medio minuto después tienes uno limpio sobre el mantel y no sabes si ha sido el mismo u otro.

El cocido estaba rico, pero era escaso… y que un cocido sea escaso es un pecado mortal,cuando uno va a comer este plato, inevitablemente, se ve poseído por el espíritu de Obelix… La sopa viene servida en un cuenco, está muy rica, pero echas de menos la sopera en el centro, la carne y los garbanzos los sirven en una olla de barro, perfecta para mantener el calor y subir la expectación… el fiasco viene cuando la abres y ves que hay un minitrocito de cada cosa para cada uno. Esto de que el chorizo tenga el grosor de un dedo me mata.

El servicio, las aceitunas y las guindillas, el orujo con albaricoques del final y la buenísima pinta que tenía el menú especial de cochinillo (30€) de la mesa de al lado les vale una lima, el cocido se lleva un limón.

Los Galayos

La Gran Tasca es otro de los clásicos, está muy cerquita de Cuatro Caminos y es un local rancio a más no poder. Las paredes están llenas de cabezas de toro, banderillas, y fotos de famosos firmadas entre los que destaca Alfredo Landa. Eso sí, permiten sobremesas tranquilas hasta las 6 de la tarde, lo cual es un punto. El Cocido (25€) es infinitamente mejor que el de los Galayos, de hecho, si no fuera porque vino frío y los fideos de la sopa estaban blandurrios sería realmente espectacular.

Cuando el camarero trajo la bandeja del cocido (75 cm de largo para tres personas) lo definió a la perfección, «aquí lo único que hay pequeño soy yo, hasta cuando traemos el chupito dejamos la botella.» Esta gente sí que ha entendido bien el Momento Obelix.

El plato trae de todo, costilla, morcilla, morcilla de cebolla, un buen trozo de chorizo, jarrete, gallina… Buena dosis de garbanzos, patatas buenas y zanahoria en su punto… ya os digo que la única pena es que venía templado y al segundo trozo, el tema estaba más frío de lo que nos gustaría. Un cocido de dos limas y una siesta que se queda en lima y media. Irremediablemente… habrá que seguir buscando.

La Gran Tasca


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Un año de limoneo.

Entretenidos con nuestras limas y nuestros limones y casi sin darnos cuenta acabamos de cumplir un año, parece que fue ayer cuando publicamos Tepic, nuestra primera entrada, pero van ya 121 críticas cítricas… y las que nos quedan. Un año merece una entrada especial y no se nos ocurre nada mejor que una recopilación de lo que supone ser crítico cítrico, los mejores momentos, la limas… su punto malo, los limones y los buenos y malos la lima-limón.

La primera lima es, sin duda, el mundillo gastronómico. El universo de la gastronomía es infinito, la cantidad de buenos profesionales, de currantes y de buena gente que hay en él no se queda atrás. Encuentros como Madrid Fusión hacen que cada minuto de trabajo dedicado a este blog hayan valido la pena.

La segunda lima va para las sorpresas limoneras. Esos sitios a los que nunca hubieras entrado sin el aliciente de escribir una entrada sobre ellos y que acaban resultando un tres limas. El Casa Gerardo y su mes del queso artesanal del que os hablaremos próximamente es uno de ellos.

Y la tercera lima va para El Universo Limonero. Es hora de ser honestos, tener un blog es la excusa perfecta para enredar, para innovar, para explorar nuevos temas: WordPress, la magia de la fotografía, otros tipos de entradas, los cuestionarios limoneros… Hay miles de terrenos por explorar y el el Universo Limonero es la mejor excusa del mundo.

La Lima-limón. Uno siempre está de servicio, sentarse a comer en un restaurante nunca va a volver a ser lo mismo. En cuanto entras en un sitio y te ofrecen mesa en lo primero que piensas es en la luz para las fotos, después el ritual de sacar la cámara, la libreta y el boli a fijarse en todos los detalles… contener a los compañeros de mesa para que no estrenen el plato antes de que haya pasado por el photocall… Es divertido, da conversación y siempre se aprende, pero hay días en los que desearías no estar de servicio, aunque hay algo en tu cerebro que ya no desconecta.

Y los limones

El primero. Nunca vuelves a tu restaurante favorito, con la cantidad de sitios que hay para visitar no puedes permitirte el lujo de repetir restaurante… ni aunque sea tu sitio favorito. Es más, cuando vuelves después de haber probado tanto, muy probablemente haya dejado de parecerte tan bueno.

Segundo. El momento Sherpa. Da igual que estés en medio de la Zimbaba todo el mundo espera que sepas donde hay un restaurante que vale la pena. Por desgracia, no siempre es así… Y aunque parezca romper con el hechizo, un buen crítico vive de buenos chivatazos.

Y el tercer limónLos compromisos. Esos momentos en que alguno de tus conocidos te lleva a un lugar con toda la ilusión del mundo esperando que le des tres limas y cuando lo pruebas resulta que no merece ni una entrada… Siempre quedaría la opción de convencerlo de que es tan bueno que si lo hiciéramos popular perdería el encanto pero, sería muy poco cítrico.

Con sus limas y sus limones ha sido un año fascinante, el primero de muchos que esperamos compartir con todos vosotros. Muchas gracias por estar siempre ahí!

Aaaah y un aplauso para MariLima Monroe que ha venido a cantarnos el cumpleaños feliz 🙂

Marilima


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Carnavales de Cádiz en versión limonera

Ayer me decían que los limoneros viajamos más que el baúl de la Piquer… y es posible. No lo podemos evitar, mezcla las dos cosas que más nos gustan del mundo: comer y viajar. Para no cargarnos la fama, hoy nos escapamos a Cádiz, y lo hacemos en su momento de esplendor, Carnavales, porque en Cádiz el Carnaval es tan grande que se dice en plural.

Los Carnavales en Cádiz, oficialmente, duran dos semanas. La realidad es que desde que empiezan las preliminares del COAC (Concurso oficial de Agrupaciones Carnavalescas) allá por enero y hasta casi marzo, la provincia suena a Carnaval. Los carnavaleros salen con sus trajes y cantan las letras que llevan ensayando todo un año, durante estas dos semanas muchos cogen vacaciones, prácticamente no duermen y queman sus gargantas cantando en cada esquina, pero son inmensamente felices… y os garantizo que esa felicidad se trasmite. Da igual que uno llegue de nuevas, sale de allí enamorado y chirigotero.

Para los que no hayáis tenido la suerte de estar os hagáis una idea, os diremos que la fiesta va de cuatro cosas: comer, beber, escuchar y cantar. Las peñas reparten comida y hay cosas como «Gambada Popular» «Bacaladá Popular» «Tortillada Popular de camarones» «chicharroná popular» o «Pestiñá popular«… Vamos, que te pones tibio de comer, gratis (popular) y con chirigoteo de fondo. La cerveza en estos planes tampoco falta, bueno, lo de cerveza es un decir, porque lo que no falta es la Cruzcampo.

Por el día se disfrazan los niños y por las noches lo mayores. Se ven disfraces de todo tipo, muchos super elaborados y otros tremendamente simples… tan, tan simples que uno puede ir disfrazado con un pañuelo al cuello siempre que se pinte dos coloretes rojos en las mejillas. La excusa de no tengo disfraz… aquí no vale.

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El menú está claro… obviamente el artista principal es el pescadito frito. Uno de los mejores sitios para comerlo es el Mercado Central, está justo detrás de la plaza de las Flores (otro rincón de pescaíto clásico),y desde que lo han reformado no veáis cómo ha cambiado el cuento. Las cervezas cuestan 70 céntimos y el pescado, igual que en todas las freidurías,  se vende por kilo… está super rico y es uno de los más económicos del centro de la ciudad, eso sí, la variedad escasea (choco, cazón y tortillitas) , además, si quieres variar el mercado está lleno de puestos… desde sushi a montaditos.

Junto al pescaíto están las raciones, en versión patata: las papas aliñás o en alioli, la ensaladilla… en versión cárnica: chicharrones y albóndigas.. y en versión fritanga: Croquetas, Tortillitas de camarones (que no llevan huevo) y calamares… De postre no hay que dudarlo, pestiños. Un dulce arabesco, muy dulce, muy dulce pero muy rico.

Cádiz no es un destino para contar calorías y, en época de Carnavales todavía menos, pero lo tiene todo: los primeros rayos de sol  de la temporada, buena comida, mejor ambiente y buenos precios… Vaya, un destino limonero por excelencia, anotadlo en la agenda, que 2015 ya está en el horno.

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Cuestionario Cítrico a Luis Moreno, cocinero revelación Madrid Fusión 2014.

Abrimos sección, comenzamos una ronda de entrevistas limoneras. Poco a poco, iremos descubriendo los secretos gastronómicos, confesables e inconfesables,de personajes conocidos, del mundillo del «comercio y del bebercio», pero no sólo.

Para inaugurarla no podemos tener a alguien más apropiado, Él es Luis Moreno y junto con su socio Daniel Ochoa son los ganadores del premio Cocineros Revelación 2014, un premio que se concede todos los años en Madrid Fusión. Luis es un tipo joven, despierto y simpático. Le apasiona su trabajo, se nota y nos encanta, le pedimos que fuese sincero… y la verdad es que lo ha sido. Este es nuestro primer Cuestionario Limonero.

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1. Vaso medio lleno o medio vacío. Medio lleno siempre.

2. Chuletón o esferificación de apio. Chuletón.

3. Una un poquito más personal… qué le pedías a tu madre que te hiciera de comer el día de tu cumpleaños? Croquetas. De qué? De cocido. Tienen algo que ver con las croquetas de lacón con grelos que hemos comido hoy? (Era una auténtica gozada) No, eso viene de Oliver, yo también tengo influencia gallega, mi madre es de Allaríz. Oliver hace poquito que está con nosotros, bueno, con nosotros lleva un tiempo, hace poquito que está en una partida. Queremos incluír la personalidad dentro del restaurante… al final esto es la suma de muchos.

Y las croquetas de cocido eran plato único? Sí, sí, sí… yo me ponía fino. Con patatas o con ensalada? Solas, solas. El resto eran minucias.

5. Llegas a casa de madrugada con unas copas de más, abres el frigo, los armarios… a qué le echas mano? Al fuet. Siempre hay fuet en casa. En tacos gordos o en lonchas finas? Tacos gordos en cuatro trozos… una manía. Con pan o con picos? Con picos, con picos.

6. En una entrevista hace tiempo Iker Casillas confesaba que le gustaban los sandwiches de nocilla con chorizo. Todos tenemos secretos… cuéntanos una guarrindongada que te guste. Hombre, cofieso que soy mucho de comida a domicilio… no sé si eso es guarrindongada.

Depende, sí le echas ketchup sí. Jajaja, no, sin aditivos. No hay ninguna guarrindongada en especial…

yo soy adicta al salchichón rosa ese que mancha el pan… Al final legas cansado a casa y lo que menos te apetece es cocinar para ti. Comida a domicilio de todo tipo, desde pizzas a kebabs pasando por chinos.

7. Momento tiquismiquis… yo como bien y de todo pero hay algo que me puede… Qué no soportas? El cilantro. Cada vez que lo encuentro en algún plato… (Habíamos comido un ceviche de langostinos maravilloso, pero con cilantro, no dejaba de tener gracia)

8. Una adicción gastronómica. Algo que cuando empiezas no puedes parar, formato Pringgles. Los callos… incluso en cubo de fregar.

9. Cambiamos de tercio, qué opinas de los productos de temporada… El roscón en navidades, las torrijas en semana santa, las orejas en carnaval. Eso que te encanta y sólo puedes comer una semana al año. Yo creo que es tradición… si fuera una cosa de continuo perdería. Hay cosas que si no están en su época, al final pierden esa virtud.

Entonces lo respetas… nunca has hecho unas torrijas en febrero? (acabábamos de comernos unas torrijas de queso impresionantes, sólo por ellas vale la pena saltarse todas las normas del mundo). Hay platos que ya están un poco crecidos… ya han pasado el límite de la temporada. Hay que reconocerle que supo salir airoso.

10. Hablando de cosas de época, qué opinas del turrón blando. Crees que es constitucional? O hay que abolirlo de la faz de la tierra. El blando… el de Jijona? El del juguillo? A mi me encanta, y luego rechuparte los dedos.

Y el duro? ese me cuesta más, pero también. Lo que hacía era quitarle la oblea y lo chupaba. (Está claro que el asunto va de chupetear).

11. Qué opinas de los que pelan el marisco con cuchillo y tenedor? Pues no… no me parece adecuado. El marisco como otros elementos necesitan… agarrarlos con la mano. Cómo vas a chupar la cabeza sin cogerla con los dedos? no… no se puede.

Y del tofu? No, no no…. eso tampoco.

12. y la última pregunta… una recomendación limonera. Qué sitio no podemos perdernos.

Hombre ahora hay muchos… se ha abierto un abanico mucho más grande de lo que había antes, parecía que eran cuatro o cinco… Por decir uno, la Candela. En Valdemorillo, comida muy cercana que es lo que ahora se tiene que llevar. Evitar la corsetería, ya que te vas a gastar un dinero, que lo disfrutes, sin esa tensión… y sin esa remilguez. (Totalmente de acuerdo)

Muchas gracias Limonero!


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LA SOPA BOBA… un restaurante exótico en Alpedrete.

Es inevitable, un restaurante cuyo cocinero se llama Fernando Limón merece una visita de los limoneros. El sitio en cuestión es la Sopa Boba y está en Alpedrete. El local es nuevo, amplio, luminoso, modernote y muy bien decorado. El suelo es lo más curioso de todo, es de cemento (pulido a mano) con cosas incrustadas, por cosas entendemos piedras, cubiertos, un marco de fotos incluso cuenta la leyenda que hasta tiene un iphone. La verdad es que el teléfono no llegamos a verlo pero los cubiertos sí, así que todo es posible.

La carta es amplia, con muchos primeros marinos y segundo carnívoros de lo más exóticos, del pato a la avestruz pasando por el canguro y el antílope. Es el propio Fernando Limón el que te toma nota de la comanda, tras negociar con él sobre cuáles serían los mejores entrantes logramos un menú que fue de consenso.

La Sopa Boba

Empezamos por unas sardinas ahumadas marinadas con guacamole, si aún no habéis probado las sardinas ahumadas anotadlo en vuestra lista de sabores pendientes… quizá le acabéis poniendo los cuernos al salmón ahumado, seguimos con un salmón marinado al café servido en una cafetera, muy vistoso con semillas de sésamo y un suavecísimo aroma a café. La presentación de estos dos platos fue espectacular! Después vinieron unas croquetas de chipirón rebozadas con panko muy ricas pero un punto sosas.

Por último comimos un tartar de bonito que merece mención aparte. El tartar en sí estaba muy rico, la presentación imitando a una rodaja de salmón era vistosa y la combinación con el helado de jengibre era perfecta y luego venía todo lo demás… un palo de jengibre, sésamo de wasabi, polvo de aceite… más que un acompañamiento parecían los ingredientes de una poción mágica y, aunque no le hacían mal, la verdad es que con un poquito más de helado hubieran resuelto fenomenalmente la faena.

De segundo cada uno elegimos un plato, mis vieiras envueltas en panceta estaban muy buenas pero cuatro como principal se quedaba un poco corto (y eso que preguntamos), el acompañamiento de la soja y las algas he de confesar que no me gustó demasiado. El ciervo con ciruelas claudias era demasiado dulce, aunque no estaba mal. El secreto ibérico paradójicamente no tenía secreto… unos segundos que no estaban a la altura de los primeros, ni en presentación ni en sabores.

La carta de postres era inmensa, unos 25 postres diferentes a 4€ cada uno y, aprovechando que éramos 10 y golosos, cometimos una excentricidad y, prácticamente, los acabamos probando todos. Entre los más sorprendentes un postre hecho con lentejas y fruta de la pasión muy rico y un helado de torta del casar al que solo le faltaba venir acompañado de un poco de pan tostado. Sobre el postre de carajillo hubo discrepancias, personalmente me horrorizó pero… para gustos se han hecho los postres. La nota de humor la aportaba el Froilán, un Frigopié casero con un agujero, más ingenioso que rico.

Postres la sopa boba

Todo esto, cerveza japonesa (que es la única que tenían), una botella de vino casi más peculiar que el dueño (“El gitano pelirrojo esperando solo en la sala de urgencias”), pan, agua y cafés incluidos, por 40 euros por persona, lo que lo convierte en una opción algo exótica por un precio asequible. Todo estaba rico, pero era muy irregular, había cosas espectaculares y otras que las podrían haber hecho en un menú del día cualquiera; lo mismo con la presentación. Eso les da una lima y media y medio limón.

Lo peor fue enterarnos unos días después por unos amigos que preparan unos Gin Tonics de ginebra artesana de concurso. Ni lo habíamos visto en la página web, ni estaba destacado en la carta, ni nos lo ofrecieron al terminar de comer… y como adivinos nos salimos, pues, nos queda para la próxima.

Si estáis por la Sierra y buscáis donde celebrar una ocasión especial es una muy buena opción pero, la verdad es que por ese precio sin salir de la ciudad hay opciones bastante más resultonas.

http://restaurantelasopaboba.com/

LA SOPA BOBA: Travesía de Guadarrama 4/6, Alpedrete.


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SEGÚN EMMA… según Enma. (Madrid)

Muy cerquita de la plaza de San Miguel y de su archifamosísimo mercado, Emma Sánchez Cánovas cocina. En dos versiones, nada menos, en formato restaurante y en la que hoy visitamos, la taberna. Sea cual sea la versión que elijáis son dos lugares muy recomendables.

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Según Emma es una tabernilla alargada, mesas de madera y mucha barra. La carta está escrita a mano, tienen poquitos platos, bastantes tostas y todo resulta apetecible. Entre semana tienen menú del día, por unos 12 euros puedes comer un primero y un segundo mucho más rico y más elaborado de lo habitual. Es más, si estás de turismo no te lo pienses, es mucho mejor que un relaxing café con leche en la cercana Plaza Mayor y como te descuides te va a costar lo mismo.

Elegir no fue tarea fácil.. pero al final conseguimos seleccionar tres platos de la carta (Que fueron más que suficientes) una Tosta de parmesano con tomates secos sicilianos en su punto, con aceitito de oliva, lascas de queso, la inevitable y omnipresente reducción de vinagre de módena y unas perfectas lonchas de tomate seco. El pan estaba crujiente, pero no asesinaba la boca.., y eso se agradece.

Siguiendo con los quesos nos tiramos a unos tomates verdes con queso de cabra, una mezcla muy sorprendente. El tomate verde es una cosa ácida que combina super bien con el queso de cabra y un toque de mermelada. Cinco hermosas rebanadas gratinadas. Casi mejor para tres que para dos.

Y por último, los Raviolis de calabaza con pesto siciliano, una de las cosas que había comido la primera vez que visité a este lugar y que desde entonces no pude olvidar. Otra vez, mezcla de dulce y se salado y picantito, con quizá algo de aceite de más pero… buenísimos, sin más, buenísimos.

Todo esto más un par de refrescos 13€ por persona, poquito más que el menú del día. En pleno corazón de Madrid, en una zona donde una caña puede llegar a costar 5 euros (y no es exageración), donde la comida esta riquísima, los platos son variados, distintos y originales… se merecen dos limas hermosotas.

SEGÚN EMMA: Plaza Conde de Miranda, 4. Madrid

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